La multiculturalidad que se esconde en lo profundo de los paisajes de montañas, lagos, bosques y glaciares que caracterizan a Suiza se presenta en la pantalla grande de Barranquilla a través de Eurocine, el festival que a través del cine le ha abierto a Colombia la ventana de la identidad europea y que este año tiene a este país como invitado.
El evento comenzó este jueves en Barranquilla e irá hasta el próximo 11 de mayo.
La antropóloga alemana Theresa Hoppe, quien vive en el país desde 1998 y lleva 15 años al frente del festival, habló con EL HERALDO sobre lo que se proyectará en la Cinemateca del Caribe en cuatro secciones: Oficial, En foco, Música, Retrospectiva Lionel Baier y Clásicos. Además, hizo un breve recorrido por lo que han significado los 22 años de existencia de Eurocine en el sector cinematográfico del país.
¿Qué trae Eurocine a Barranquilla?
Este año el foco del festival es la música. Tenemos en total 50 películas de 18 países, 11 son suizas y las otras de República Checa, Grecia, Dinamarca, Alemania, Francia, etc. No todas pudieron llegar a Barranquilla porque algunas tienen limitación de proyecciones. Aquí se proyectarán 21 propuestas fílmicas en tres horarios diferentes cada una. En general, son películas que aquí se denominan independientes porque la gente no está acostumbrada a ese tipo de cine, pero en sus países son comerciales; y la variedad de géneros muestra lo que está sucediendo en la cinematografía europea. Hay funciones para todos los gustos.
Solo este año llegó el festival a la ciudad, ¿qué expectativas tienen con el público?
Acá en Colombia todavía están muy acostumbrados a ver cine de Hollywood. Por eso es importante crear estos espacios donde puedan ver realmente una visión distinta del cine. Así Eurocine busca aportar su granito de arena en la formación de públicos, y en Barranquilla esperamos hacerlo. Ese es el legado que el festival quiere dejar a la industria cinematográfica del país.
¿Cómo se ha relacionado Latinoamérica con la propuesta de Eurocine?
En América Latina hay varios festivales de cine europeo, aunque Eurocine sigue siendo el más grande. Lo que esperamos a futuro es poder consolidar una alianza y colaboración entre los países donde se desarrollan estos eventos para unificar el tema de derechos, lo que nos facilitaría la vida a todos.
¿Cómo percibe la evolución del cine colombiano?
El cine colombiano ha tenido un crecimiento impresionante en los últimos años, y se puede ver en la cantidad de películas que se están produciendo, y aunque ahora la gente solo recuerda El abrazo de la serpiente, hay muchas películas que han ganado premios importantes y festivales internacionales. Y hay un cambio muy bonito en el cine nacional: está saliendo del tema del narcotráfico y se están tratando temáticas sociales de forma diferente, con una visión renovada. Esas nuevas exploraciones demuestran que hay un interés del mundo hacia Colombia por ese cine.
¿De qué forma cree que el festival está aportando al sector cinematográfico del país?
De pronto en la forma de ver. Podemos estar logrando que la gente abra su mente y que tenga una disposición de ver visiones cinematográficas y culturas diferentes a los que normalmente ven en el sector comercial.
¿Cuáles son los títulos imperdibles?
Esa pregunta siempre me la hacen y no me gusta responder porque el cine es cuestión de gustos; la intención de la gente es muy variada: algunos van a las salas a divertirse, otros a reflexionar, y en Eurocine encuentran todo eso. Mis recomendados: el documental B-Movie sobre el movimiento de música independiente punk en los años 80 en Berlín. De la sección Oficial, Hrútar, de Islandia, que tiene una fotografía magnífica. La película inaugural, Comme des voleurs, del director suizo Lionel Baier, y la belga The Broken Circle Breakdown, que narra una historia de amor.