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El caso de Angie Mendoza en Barranquilla, quien terminó perdiendo la vida tras ser sometida a una intervención estética en un apartamento hace una semana, no es el único que se ha presentado en el país con fatales resultados.

En julio de este año, en Bogotá, la estudiante de administración de empresas, María Alejandra Sánchez, de 24 años, murió luego de someterse a una liposucción en un apartamento del barrio Mirandela, de la localidad de Suba.

Otros casos se presentaron en mayo de este año en el país, como el de la joven Angie Lizeth López, quien murió tras practicarse en Cali una lipoescultura y una lipoinyección, que se le complicaron.

En la Costa Caribe también se recuerda el caso de la joven samaria Marcela Salas Tamayo, de 21 años, quien estudiaba Derecho en la Universidad Sergio Arboleda y murió en Maracaibo, Venezuela, tras someterse a una cirugía barítica.

Pero no solo la gente del común ha sido víctima de estos procedimientos mal realizados o practicados por personal no idóneo o sin ética. Los famosos no han escapado a complicaciones de salud por procedimientos estéticos hechos por personal no calificado, en muchos casos.

El más recordado es el de la presentadora y modelo Jessica Cediel, quien reveló, en una entrevista con el periodista Pirry Larrota, que sufrió graves quebrantos de salud por dejarse inyectar biopolímeros en los glúteos, pese a que inicialmente su médico le dijo que le aplicaría ácido hialurónico, el cual solo debe ser usado en pequeñas cantidades en el rostro.

Jessica Cediel tuvo que someterse luego a una serie de procedimientos para drenar esa sustancia peligrosa para el cuerpo. El caso entre ella y su médico llegó a los estrados judiciales, pues este aseguraba que le había inyectado ácido hialurónico certificado por el Invima y no biopolímeros.