La Banda de Baranoa es reconocida por la mayoría por brindar un espectáculo musical de gran calidad, pero las sonrisas de 600 niños y jóvenes que la conforman no son solo para sus presentaciones: la banda les ha cambiado la vida a ellos, a sus familias y a casi todo el municipio.
Hilton Escobar Roa, su creador y director, no es músico, es técnico de helicópteros. Decidió dirigir una banda por petición de la mujer que le dio la educación. En 1995 nació la banda de guerra del Colegio Industrial de Baranoa con 25 niños. 'Al darnos cuenta que era muy monótono, comenzamos a hacerle arreglos musicales y después cambiamos el uniforme, los colores, y así llegamos a ser una de las primeras bandas en Latinoamérica que cambiaba el formato de banda de guerra a una banda show o marching band', explica Escobar.
Bajo ese nuevo concepto empezaron a participar en concursos y festivales. Para su primer viaje a Bogotá, en 1997, debieron vender pasteles, patacones, hacer rifas y toda clase de actividades para recaudar fondos y que los 120 niños se presentaran en la capital, en un viaje de casi 28 horas en buses del municipio.
Esa fue su primera victoria de muchas más que vendrían. La banda empezó a quedar siempre fuera de concurso por su alto nivel, pero el Colegio Industrial ya no podía mantenerla. Tampoco la Alcaldía. Fue cuando el entonces gobernador del Atlántico, Nelson Polo Hernández, se interesó, y su sucesor, Rodolfo Espinosa Meola, finalmente decidió apoyarla, nombrándola Banda Departamental.
En el concierto de aniversario, la banda compartió escenario con el salsero Víctor Manuelle.
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'Pero la prensa dijo en ese momento que no podía quitársele el nombre de Baranoa porque ahí había nacido y todos los niños eran de ahí, entonces nace la Banda Departamental de Baranoa'.
Gracias a ese apoyo, la banda compró su actual sede (que en ese entonces no era más que terreno enmontado) y dejó atrás los concursos para presentarse en eventos, como el Carnaval de Barranquilla. De su primera aparición en estas fiestas, vestidos de garabato, salieron importantes invitaciones: celebración de fin de año del Hotel Santa Clara de Cartagena, donde compartieron escenario con Joe Arroyo; Solidaridad por Colombia; Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá; velada de elección y coronación del Concurso Nacional de Belleza; Cumbre de las Américas; Foro Económico Mundial; Congreso de la Interpol y festivales a lo largo y ancho de Colombia.
En la actual Gobernación se propuso internacionalizar la banda –a pesar de que ya se había presentado en Venezuela, España y Panamá–. Con su apoyo y el de la empresa privada, este año la Banda de Baranoa viajó a Washington para presentarse ante el Banco Interamericano de Desarrollo y la OEA y a Nueva York para el Día de la Hispanidad ante más de 25.000 espectadores.
Ese viaje, de donde los niños y jóvenes volvieron dichosos y deseosos de aprender inglés, es solo una de las formas en que esta banda les ha cambiado la vida.
Labor social y disciplina. La Fundación Banda Departamental de Baranoa se compone de niños de estratos 1, 2 y 3 de colegios oficiales de todo el departamento del Atlántico. Allí reciben educación musical sin pagar matrícula, mensualidad, vestuario, viajes ni alimentación. Todo es gratis. 'Antes de ser una organización de espectáculo, nos interesa la parte social y humana de los integrantes', apunta su director.
Además, con la creación de un parador turístico y cultural en su sede, 55 madres de integrantes, todas ellas cabeza de hogar, recibieron capacitación en cocina y atención al cliente y ahora devengan un salario y prestaciones sociales trabajando en el parador.
La banda ensaya todos los días, incluyendo fines de semana y festivos.
'Los hacemos músicos y bailarines, pero antes de hacerlos artistas los hacemos personas de bien', dice Escobar, por lo que hay un reglamento estricto para los miembros de la banda.
Los niños pueden ingresar desde los 6 hasta los 15 años, y a los 18 deben salir para dar oportunidad a otros. Tienen que ser buenos alumnos y buenos muchachos en la calle. No deben tener tatuajes ni piercings y no pueden tener relaciones sentimentales entre ellos. Ensayan todos los días por grupos, incluyendo fines de semana, festivos y en vacaciones, y al ingresar a la banda no deben saber tocar ningún instrumento.
'Hemos creado una disciplina de autocontrol y autovigilancia. Si viajamos con 200 muchachos a Bogotá, solo van cuatro personas del grupo de apoyo, que son médicos y enfermeros. Un niño se tiene que cuidar con otro. Y si paramos, nadie va al baño sin compañía de otro', apunta Hilton Escobar, que cree firmemente que esa disciplina y sentido de pertenencia y compromiso, alejan a los jóvenes de las drogas, el alcohol y las armas. También se vincula a los padres, con quienes se reúnen cada 15 días, y a todos se les enseña a cuidar, limpiar y mantener sus instrumentos.
Por la Banda Departamental de Baranoa ya han pasado más de seis mil niños, la mayoría de los cuales, al cumplir la mayoría de edad, se vuelven monitores de la banda o músicos profesionales gracias a la educación recibida, muchas veces de profesores internacionales.
'La meta de nosotros es mandar estudiantes al exterior a estudiar música; no estamos haciendo estudiantes ‘para matar una moña’ con una papayera, estamos haciendo estudiantes para ser concertistas'.
La banda fue invitada a presentarse en Nueva York en el Día de la Hispanidad.
Y lo están logrando. Gracias a las presentaciones en Washington y Nueva York, despertaron el interés de la Embajada Americana y la Cámara de Comercio Colombo-Americana, con el apoyo de las cuales van a mandar a ocho miembros de la banda a Estados Unidos a estudiar inglés por dos años y posteriormente a realizar estudios profesionales en música.
Este no es su único proyecto. Quieren seguir creciendo con el parador turístico y cultural y están en proceso de crear un museo de la música y una concha acústica con materiales naturales para más de 24.000 espectadores como sede de presentaciones de la banda.
Están invitados nuevamente al Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá para hacer un concierto como el que ofrecieron el pasado viernes en el Salón Jumbo del Country Club, donde se presentaron con el salsero Víctor Manuelle, el exintegrante de Guayacán Orquesta Yan Collazo, Ramón Benítez, Alberto Martínez, extrompetista de Marc Anthony, y Chelito de Castro.
También tienen invitaciones para presentarse en Tampa y Orlando (Estados Unidos), Dubái y Tokio.
'Hay gente que dice que nos dan muchos recursos, hay gente que cree que somos millonarios. Hemos dormido en hoteles cinco estrellas, pero si nos invitan al Festival del Porro en San Pelayo y nos dan un colegio para dormir en colchonetas, lo hacemos también. A los niños se les enseña a ser humildes en su profesión', sostiene Escobar, quien luego de 18 años de trabajo, lucha, tristezas y triunfos, cree que la banda ha transformado a Baranoa.
'Cada municipio tiene su fuerte. Baranoa siempre ha sido teatral, pero con el nacimiento de la banda, se convirtió en musical. Gracias a ella, ahora hay un músico en cada hogar', finaliza.