Compartir:

¿De qué sirve memorizar números, datos e información en la llamada era digital? La pregunta por sí sola despliega otras como: ¿Cuántos números de teléfono tiene usted almacenados en su memoria? ¿Cuántas direcciones físicas y de correo electrónico hay depositadas en su cabeza? ¿Cuántas veces resuelve operaciones matemáticas básicas sin recurrir a la calculadora de su smartphone? ¿Recuerda fechas especiales y eventos históricos sin la ayuda de aplicaciones y de buscadores de Internet?

El incremento del uso de equipos electrónicos en los últimos años ha cambiado las dinámicas del mundo, de la academia y de la especie humana por completo. 'Cuando hay falta de algo en el organismo, lo que ocurre es que se pierde la funcionalidad; lo mismo pasa con el cerebro', afirma Alba Ibáñez Márquez, magíster en Neuropsicología de la Universidad de La Rioja (España).

La neuropsicóloga sustenta su idea en que si se dejan de realizar ciertas actividades neurológicas, el cerebro –que necesita ir desocupándose de aquello que 'no le sirve' (porque no lo utiliza)– 'se deteriora y con él la memoria'.

Aprendizaje virtual

Eulises Domínguez, coordinador de la Unidad de Formación Pedagógica Docente del Cedu (Centro para la Excelencia Docente) de la Universidad del Norte, destaca dos variables en el área de la educación. 'Hay que tener en cuenta que así como podemos encontrar instituciones educativas donde a los estudiantes se les promueve el uso de la tecnología para acceder a la información, hay otras donde se siguen usando estrategias centradas en los recursos convencionales'.

Los estudiantes actualmente se preocupan menos por recordar datos y hechos que hace 15 años o más eran elementos fundamentales para el aprendizaje. 'La tecnología ha minimizado el esfuerzo por memorizar que antes se hacía', señala Domínguez.

Ginger Torres, coordinadora general del proceso de virtualización en la Universidad del Atlántico, afirma que 'los maestros deben detectar en sus estudiantes habilidades de búsqueda de información'. Opina que es más importante que las personas tengan competencias lógicas, matemáticas y comunicativas a que tengan memoria.

La docente reconoce que los aparatos tecnológicos son de gran utilidad para el ser humano, pero que 'tenemos que aprender a problematizar o a utilizar de forma adecuada los datos que nos facilitan los equipos digitales, frente a los problemas cotidianos'.

Ricardo Zurek Navarra, expresidente de la Asociación Colombiana de Neurología, considera que con el uso de las nuevas tecnologías, como tabletas y teléfonos inteligentes, se 'apereza el registro de la memoria humana'.

Sostiene el especialista que hay accesos selectivos a los diferentes tipos de memoria. 'Los recuerdos –indica– se registran y se almacenan de forma fragmentada y simultánea en diferentes áreas del cerebro'.

Tipos de memoria

Existen memorias a corto, mediano y a largo plazo. Esta última se divide en dos: la explícita (declarativa) y la implícita (no declarativa o procedimental). Cuando se hace uso de la memoria declarativa, hay una voluntad de aprender y almacenar en el cerebro un conocimiento específico.

Un ejemplo de esta clase de memoria es cuando un estudiante se prepara para una evaluación y se propone memorizar datos e información de forma voluntaria,

En el caso de la memoria no declarativa, la persona recuerda lo que experimentó a través de su propio comportamiento. En este tipo de memoria 'no hay consciencia de que está aprendiendo algo', señala Zurek Navarra.

Otra clase de memoria es la de trabajo. Con esta se puede guardar información en el cerebro en cuestión de segundos, pero del mismo modo se puede olvidar.

Inicialmente, los datos son registrados por la memoria de trabajo y si se trata de 'algo significativo' para la persona 'esta decide si se envía la información a la memoria de largo plazo o no', sostiene la neuropsicóloga Ibáñez. 'La memoria de trabajo es el filtro', reafirma.

Mucha, pero no tanta

Almacenar demasiada información en el cerebro tampoco es conveniente. 'El cerebro es como una CPU: si se guardan muchos archivos y no se desechan y se olvidan, en algún momento colapsa el computador', manifiesta Ibáñez.

Por eso es necesario que también ocurra el olvido, que sucede con aquellas situaciones o hechos a los que no les hemos prestado tanta atención, no son muy relevantes para nosotros o simplemente no necesitamos retener en nuestro ‘disco duro’, puntualiza la experta.

Ejercite su memoria

1. Cuando vaya en un vehículo automotor, vea y recuerde direcciones.

2. Al cepillarse los dientes, hágalo con la mano contraria a la que siempre usa.

3. Resuelva sopas de letras, crucigramas, sudokus y demás juegos de memoria.

4. Trate de grabar en su mente también los números telefónicos.

5. Recuerde detalles de eventos de su pasado a través de fotografías.