Señalan que no se puede pretender activar la economía por la vía del derroche y solo de la inversión pública.
Caminamos sobre un terreno farragoso, en el que la desconfianza por una visión inestable de país, la inversión en mínimos por la incertidumbre instalada en el imaginario colectivo debido a mensajes erráticos e improvisados, además de impredecibles, sobre cambios en las reglas de juego, sumado a tasas de interés que continúan altas y, cómo no, al discurso incendiario de figuras políticas claves, comenzando por el del jefe de Estado, nos acercan a un escenario sombrío. Cualquier paso en falso juega en contra del que debe ser un propósito nacional para impulsar la economía, de la que depende invariablemente el bienestar y desarrollo social del país.
En su último encuentro, que tuvo lugar el 30 y 31 de enero, la Reserva Federal de Estados Unidos decidió mantener las tasas de interés en la horquilla actual del 5,25 % y el 5,5 %, su máximo nivel desde 2001.
El presidente de la Reserva Federal dijo que eso se realizará una vez que se tenga certeza de que la inflación se reduce de manera sostenida.
El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos ha asegurado que la inflación será 'ligeramente inferior' a la previsión del 2,7 % para 2024.