Pacificar vías, señalizar inmediaciones de los colegios o fomentar el comportamiento seguro de los actores viales para que dejen de distraerse con el uso del celular son medidas de sentido común que es el menos común de todos. El costo en vidas humanas, además de otros asociados a la siniestralidad vial, que pagamos en el Caribe colombiano exige que nos volquemos a la construcción colectiva de una cultura de responsabilidad y respeto por vías seguras. Insistamos en ello hasta que seamos escuchados, las carreteras no deben ser terreno abonado para fallecer.
Agencia Nacional de Seguridad Vial y Distrito realizan campaña para incentivar la movilidad segura. En el Atlántico también se redujeron los decesos.
La Alianza de Velocidades Seguras indicó que los Planes de Gestión de la Velocidad son una necesidad cada vez más urgente.
Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial, 110 de las víctimas fueron en Montería.
Los siniestros viales sucedieron en zonas rurales y vías terciarias.