Se trata del actual arzobispo de Bogotá, quien desde su nombramiento ha desempeñado un papel destacado en la Iglesia en Latinoamérica, abogando por el diálogo y la reconciliación en un país marcado por décadas de conflicto armado.
Su partida ha causado una gran tristeza entre los ciudadanos cartageneros.
En enero y febrero, los colombianos no gozaron de ningún festivo.
La advocación de María es recordada en una muy peregrinada gruta en Francia donde se alza su imagen.