Quise decirle que creo que el amor es la fuerzas más poderosa que existe, que nos transforma y nos ayuda a crecer, perdonar y ser feliz y que el primer amor que hay que rescatar, es el propio. Martha me buscaba no solo para desahogarse, sino para recibir una guía legal clara sobre el proceso que estaba próxima a iniciar.
Es claro, también, que el presidente Trump buscará reversar los inmensos daños que los partidarios de la fábula/negocio del calentamiento global antropogénico les han causado a los estadounidenses. Con seguridad, eliminará muchos de los delirantes mandatos que les han impuesto, como el uso obligatorio de vehículos eléctricos.
Con Trump a bordo, la cosa será a otro precio. Además de pedir cuentas por la ayuda militar, y amenazar con su recorte, Washington seguramente ventilará de nuevo un término tan en desuso como antipático: la ‘descertificación’.
Trump, una tormenta. Colombia sería una tormenta tropical por aquello del narcotráfico y la producción de coca, y siempre y cuando haya un manejo inteligente del problema, para que no se convierta en huracán y Petro vaya cediendo, con menos terquedad y soberbia, pues son países socios con buenas relaciones.
Si de lo que se trata es de presionar al Gobierno en la Mesa desde una posición de fuerza, ¿es esa una demostración de buena fe, de la voluntad inequívoca de paz que debe inspirar los diálogos que pretenden alcanzarla?