17 personas fueron asesinadas en casos registrados en Antioquia, Valle del Cauca, Huila, Casanare y Nariño. Los homicidios colectivos se perpetraron en dos días.
La Policía Metropolitana de Barranquilla avanza en las investigaciones de los dos casos de homicidios múltiples registrados en Malambo y Soledad. Ya habría capturas de sospechosos.
Si esto no es motivo de alarma social, qué más podría serlo. ¿Dónde están los mandatarios de esos territorios? ¿Por qué cuando suceden las masacres apenas dan la cara, como si trataran ex profeso de evitar que los asociaran a ellas? Si bien es cierto que van ya de salida, el acelerado deterioro del bienestar ciudadano registrado durante sus mandatos ha demostrado que les quedó grande el reto de ofrecer garantías de seguridad y convivencia pacífica a sus gobernados. Ciertamente, el Estado tampoco ha sido el mejor aliado en este desafío: ni antes con Duque ni ahora con Petro. En definitiva, el riesgo es que se caiga en una desinstitucionalización irreversible.
El padre de Manuel Domínguez, el menor que resultó muerto en Los Ciruelos de Malambo, insistió este lunes 23 de octubre en que su hijo murió por encontrarse en la casa donde ocurrió el hecho, esperando a un amigo.
Secuestros, masacres, reclutamiento, homicidios contra lideresas y líderes sociales; conflictos por presencia de actores armados, violencias basadas en género, aumentaron en el primer semestre del año.