Los líderes regionales exigen acciones urgentes mientras la violencia amenaza la estabilidad del departamento.
De acuerdo con lo que se conoció, los hostigamientos se registran en los municipios de Caloto, Caldono, Corinto, Toribío y Santander de Quilichao.
La mayoría pertenecerían al Ejército de Liberación Nacional (ELN), disidencias de las FARC y el Clan del Golfo.
De acuerdo con las fuentes de inteligencia, esta estrategia busca generar presión económica sobre los habitantes de la zona, quienes dependen en gran medida de la comercialización de la hoja de coca.
Más de 300 uniformados hacen presencia en la subregión del San Juan, donde la guerrilla anunció un paro de 72 horas.