La violencia, la suerte, el amor, el odio, la enfermedad y la muerte, entre tantos otros demonios que no viven en el infierno sino en el plano terrenal son fuerzas que, para bien o para mal, nos mueven.
Ese diálogo con nosotros mismos y con el Padre Dios es el que nos permite tener claro por qué y para qué actuamos diariamente.
El pequeño, en un gesto de inocencia, abordó un tema religioso y lo comentó a sus familiares.
El hombre llevó a su hijo a un bosque, donde le hizo un corte en el cuello con un cuchillo de carnicero. El hecho ocurrió en Turquía.
No hay manual de felicidad, hay vida vivida con pasión, inteligencia y fortaleza. Ser optimista no implica desconocer las dificultades, los problemas y los miedos que tenemos diariamente.