La inspección policial fue en un aeropuerto londinense.
En la que está considerada como una de las peores crisis entre Moscú y Occidente, 171 ciudadanos abandonaron la embajada de Rusia en Washington, tras el envenenamiento de un ex espía ruso.
Partieron junto a sus familias en varios vehículos, una semana después del plazo que les fijó el gobierno británico.
La comunicación se da luego de la crisis diplomática que se presentó en las últimas horas entre estos países.