Ahogada por las aguas del río Cauca e incapaz de ser un importante escurridero hídrico de tres ríos, el cual históricamente es una de sus principales funciones ecosistémicas y de regulación para el país, la región de La Mojana afronta –al igual que en 2010– una de sus peores desgracias.
Desde el pasado 27 de agosto, tras el rompimiento del jarillón de protección ubicado en el sector de Cara ’e Gato, en San Jacinto del Cauca, Bolívar, las pérdidas en una región donde hay más agua que tierra han sido incalculables a raíz de las constantes inundaciones que han acabado miles de hectáreas fértiles para el cultivo y desplazado a cientos de familias.
Como consecuencia de este evento, según datos revelados por la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo a finales de 2021, se han reportado 36.747 familias y 126.800 personas damnificadas.