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Si hace 41 años parte de los palcos de la entonces plaza de toros Hermógenes Cumplido, situada en el barrio Mochila, en Sincelejo, no se hubiesen venido al piso como un castillo de naipes hoy la capital sucreña estuviera de fiesta.

Los palcos muy seguramente engalanados y la gente esperando el ganado estuvieran haciendo alarde a la canción de Rubén Darío Salcedo, pero hoy, sin corralejas y con la pandemia de la Covid-19 los sincelejanos solo hablan de aquel 20 de Enero.

La fuerte temperatura con una brisa acompañan esta mañana y Manuel López, un vendedor ambulante, dice que el sol está como para una corraleja, 'ardiente, como para guapirrear al ver salir el toro', pero su añoranza es mayor al saber que tras la caída de palcos hubo otras fiestas, las fandangueras, las carrozas, el veitenerito, que eran 'buenas también, por lo menos para mí representaba muchas ventas buenas, había buen comercio, pero hoy no tenemos nada'.

Tan extraño este 20 de Enero de 2021 que como nunca había ocurrido, no es cívico, los ciudadanos están laborando, es un día normal, no hubo misa en memoria de los fallecidos en la tragedia y en el barrio que lleva este nombre todo es igual, no hay nada para mostrar, las pocas viudas que quedan presentan quebrantos de salud y la única que sagradamente va al Cementerio Central de Sincelejo no solo en un día como hoy sino cada domingo, es una vendedora de chance que le lleva rosas a su hija, la que murió aquel 20 de Enero de 1.980 siendo una niña.