Compartir:

Los trabajadores del Hospital Regional de San Marcos cumplen este domingo dos días de paro indefinido en protesta por la crisis del centro médico.

Los empleados exigen que les paguen los salarios que les adeudan y les mejoren las condiciones de trabajo.

En una carta enviada a Rosalba Lastra Mejía, gerente del centro asistencial, le comunican que carecen de herramientas de trabajo básicas e indispensables, algunas de las cuales se encuentran, incluso, en una droguería de barrio. 

'Tensiómetro, fonendoscopio, laringoscopio y acondicionamiento del equipo de reanimación y monitoreo, entre otros', todas estas en el área de urgencias.

Los profesionales de la salud advierten del riesgo en que están los pacientes porque no tienen ambulancia y que 'vulnerar este derecho a los pacientes nos estamos comprometiendo con el estado de salud de estos y de los funcionarios'.

Las condiciones de trabajo de las que hablan se relacionan con la caída del cielo raso y del techo que provocan inundaciones y que han sido motivo de paros de especialistas, médicos generales y personal de apoyo, quienes también han llamado la atención por las 'deficiencias e inoportunidad en las ayudas diagnósticas'.

Lea además: El Hospital del sur de Sucre, en San Marcos, está en paro

'Es inaceptable e insólito que un hospital de II nivel haya estado casi un mes sin exámenes de laboratorio en las noches y fines de semana porque se le debe al proveedor de servicio. Igual pasa con los servicios de RX y monitoría fetal, que hace más de un mes y un año, respectivamente, los equipos están fuera de servicio'.

Los afectados denuncian que la mala calidad en los servicios por la falta de equipos ha provocado agresiones contra el personal asistencial por parte de usuarios.

'La alta deuda laboral al personal de planta, contratistas, sindicato y proveedores, que junto a la alta cartera por cobrar, es un catalizador más para pensar con justas razones que nuestro hospital, por sustracción de materia, colapsará más temprano que tarde', denunciaron.

Los empleados pidieron la intervención del gobernador Édgar Martínez Romero; de la Superintendencia de Salud y del Ministerio de Salud para evitar que deje de funcionar el centro médico más importante del San Jorge y la Mojana, cuyos habitantes son los más perjudicados por esta situación.