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En su paso por Sincelejo Rigoberta Menchú sudó la gota, y no precisamente la fría, de la que habla la popular canción vallenata de Emiliano Zuleta, sino la de sudor por la sofocación que se vivía en el interior del Teatro Municipal.

La líder indígena guatemalteca, miembro del grupo maya quiché, defensora de los derechos humanos, embajadora de buena voluntad de la Unesco y ganadora del Premio Nobel de la Paz (1992) y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional (1998), fue la invitada de honor de la universidad Martin Luther King, virtual Colombia, en el II Congreso Internacional y Coloquio denominado 'Educación para la paz, resolución de conflictos y participación ciudadana' que finalizó ayer.

Fueron dos días intensos de conferencias y paneles en los que la ausencia del aire central en el Teatro Municipal de Sincelejo, que lleva cerca de 4 años, se hizo más evidente.

Los más de 40 abanicos de pared que están en el escenario y los 30 aires acondicionados portátiles que contrató la universidad para el desarrollo del evento académico no fueron suficientes para mantener un ambiente fresco entre los más de 800 asistentes, entre ellos algunas autoridades, que llegaron a escuchar las dos conferencias de líder centroamericana.

'Yo me aguanto hasta que ella intervenga', 'No me voy sin escucharla así me empape de sudor' y 'Esta es una falta de respeto para con esa señora y nosotros como público', fueron algunas de las expresiones que se escucharon entre el público que la mañana del sábado se volcó al Teatro Municipal de Sincelejo, pero que en horas de la tarde, y precisamente por la sofocación que había en el escenario, no regresaron.

A la Premio Nobel de Paz 1992 se le subió más la temperatura, pero de la emoción, al escuchar a los niños de la Fundación Batuta entonar música para la reconciliación y cuando le fueron entregadas las lleves de la ciudad, gestos que agradeció.

Pero el que no funcione el aire acondicionado no es la única falencia que presenta el denominado templo de la cultura en Sincelejo, que por demás está ad portas de cumplir 20 años, hay otras más como falta de buenas luces, de un telón nuevo y de que las baterías sanitarias vuelvan a funcionar, por lo que muchos artistas y ciudadanos dicen que el Teatro está en decadencia.

El alcalde Jacobo Quessep Espinosa anunció que habrá una inversión de 3 mil millones de pesos para ese escenario y el mayor rubro lo destinarán para la compra de un nuevo aire acondicionado.