Sin proponérselo coincidieron ayer dos audiencias del Cartel de la Salud Mental en Sucre: la de Nadim Farak Arrieta, auditor, quien pretendía que le revocaran la medida de aseguramiento en establecimiento carcelario, y su homólogo Samuel Palencia, a quien le impusieron medida de aseguramiento en su lugar de residencia.
Ambos médicos están adscritos a la Secretaría de Salud Departamental, y sus actuaciones estuvieron tan ligadas, que el nombre de uno era fundamental en el proceso del otro.
Sobre Farak, a quien le imputaron concierto para delinquir, prevaricato por acción en calidad de autor y peculado por apropiación en calidad de coautor, la defensa pidió que le revocaran la medida argumentando que no fue lo suficientemente motivada y se desconoció que él ha estado enfermo y que recibió tratamiento en la URI.
Así mismo que se omitió pronunciarse con respecto a las declaraciones de Samuel Palencia donde señala 'que el doctor Fernando Coneo De la Salas tiene por costumbre dejar los recetarios e historias clínicas membreteadas, con su nombre, firma y sello para que en su ausencia los médicos generales internos diagnostiquen a los pacientes que se reciban en cualquier patología, incluyendo la facultad de autorizar formatos para incapacidades', tal como ocurrió en el caso.
Sobre palencia. Por otra parte, en las audiencias preliminares a Palencia este no aceptó los cargos por concierto para delinquir, peculado por apropiación a favor de terceros, prevaricato por acción y falsedad en documento público.
La Fiscalía relató que en entrevista a Coneo De las Salas a quien le pone de presente la incapacidad de Farak, dijo que ni la letra, ni la firma ni el sello eran suyos, eran falsos en su contenido, pero indicó que 'yo laboro en el mismo hospital con el médico general Samuel Palencia que también trabaja en el CRUE de la Secretaría de Salud Departamental donde también trabaja el señor Nadim Farak Arrieta. En esta misma diligencia quiero aportar la copia de la evolución de un paciente donde se observa que la letra podría ser de Samuel Palencia, que a simple vista es de él, para se verifique'.
Ante esto el ente acusador concluye que la adulteración de documentos no solo se ha dado en la Secretaría de Salud por parte de funcionarios, sino que se ha extendido para expedir presuntas incapacidades falsas para evitar la comparecencia de otros coimputados.