Bogotana y catalana. Brigitte Baptiste, creció rodeada de naturaleza, viajando con su familia en carpa por distintas regiones de Colombia. Toda una defensora de la inclusión que con creces, logró ser incluida en la lista de las 100 mujeres más influyentes del 2024, creada por la cadena británica BBC.
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Este reconocimiento resalta su incansable labor como activista por los derechos de la comunidad LGTBQ+ y su compromiso con la biodiversidad y la sostenibilidad en Colombia.
Y es que esta actual rectora de la Universidad EAN, también coordinó el Programa de Uso y Valoración de Biodiversidad en el Instituto Humboldt (1995-2000) y fue subdirectora científica (2009-2011) antes de asumir la dirección general en 2011.
Brigitte Baptiste se describe como una “ecóloga trans” con más de 45 años recorriendo el país, explorando su riqueza cultural y biológica. “Disfrutándola y utilizándola como fuente de inspiración para construir sostenibilidad”.
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Hoy celebra 25 años de matrimonio con Adriana, con quien comparte dos hijas dedicadas al arte.”Tengo una familia muy linda. Eso me ha permitido mantenerme apasionada por lo que hago”, expresó.
Una nueva vida
Brigitte habla con apertura sobre su transición, que comenzó a los 35 años. Para ella, la feminidad siempre estuvo presente, pero durante su infancia en los años 70 careció de referentes y palabras para expresar lo que sentía, enfrentándose a un mundo lleno de advertencias de peligro.
“Tuve que reprimirlo hasta que llegó el momento en que pude volver a nacer. Brigitte tiene 26 años ahora, extremadamente joven y llena de aventuras. Los primeros 35 años fueron una mezcla de logros académicos y familiares, pero también de frustraciones por no poder expresarme como deseaba”.
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El contexto histórico descrito es crucial: en una sociedad marcada por normas rígidas de género, la falta de reconocimiento de identidades diversas obligaba a muchas personas, como ella, a reprimir su autenticidad.
Ese renacer le permitió construir una vida auténtica, pero también le hace reflexionar sobre los desafíos que enfrentan actualmente los niños y niñas trans al buscar su identidad.
“Pienso mucho en ellos, en cómo podemos ayudarlos a reconocerse y vivir como desean”.
Considera que los obstáculos empiezan desde la infancia, todas esas dificultades que enfrentan niños y niñas trans en su camino hacia la autoexploración y el reconocimiento de sus identidades.
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“Cuando llegan a la universidad, ya han pasado años de dificultades que a veces son imposibles de reparar. Hay una falta de cuidado por parte de las instituciones públicas y privadas, y eso se traduce en barreras no solo educativas, sino sociales y culturales”.
Esta lucha no termina en las aulas. La rectora asegura que el derecho al desarrollo de la libre personalidad se encuentra en constante cuestionamiento, afectando derechos básicos como la salud y la educación pública. Su misión ha sido educar a una sociedad que, según ella, sigue “anclada en un sistema binario” que limita las posibilidades de existencia.
En sus 30 años recorriendo Colombia, su mayor aprendizaje ha sido la generosidad de las comunidades locales. “La disposición al visitante, la acogida, sigue siendo genuina en las comunidades más humildes. En mi vida, nunca he tenido un problema por ser una mujer trans o por mi origen bogotano. Esa hospitalidad es un tesoro en medio de un país lleno de conflictos”.
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Como rectora, su día a día combina la dirección universitaria con la escritura y la reflexión. “Nunca estoy en la rectoría. Me levanto temprano para escribir columnas, preparar informes y participar en conferencias. Mi vocación pedagógica me lleva a interpretar continuamente los hechos ambientales y sociales del mundo, tanto dentro como fuera de la universidad”.
Desde su rol como rectora, activista y científica, Baptiste, es consciente de que puede seguir inspirando a las generaciones presentes y futuras a construir un mundo más inclusivo, sostenible y respetuoso y que pueda ser respetuoso la diversidad.
Frente a la crisis ambiental
Viajar por el mundo con el propósito de construir nuevas formas de análisis sobre la crisis ambiental es para ella más que un privilegio, es una responsabilidad. Como rectora universitaria, combina este liderazgo internacional con el compromiso diario de atender las demandas protocolarias y administrativas, sin descuidar la interacción directa con estudiantes y profesores, quienes la inspiran y nutren constantemente.
“Viajo también a aportar a la construcción de nuevos marcos de análisis de la crisis ambiental, sobre todo marcos innovadores y esperanzadores para salir de la rutina apocalíptica en que estamos. Finalmente, obviamente tengo responsabilidades importantes en la parte protocolaria y administrativa de la universidad. Participar de espacios internos con los estudiantes y los profesores que aparecen todos los días”.
En una lista prestigiosa que celebra a las mujeres que están cambiando el mundo, ella comparte reconocimiento con Johanna Babamón, otra destacada colombiana.
“Creo que el reto más importante es superar las dudas sobre las capacidades propias. Las inseguridades han sido una herramienta histórica para limitar la presencia y legitimidad de las mujeres en la sociedad”. Esas dudas, asegura, no son innatas, sino inducidas por sistemas que perpetúan roles tradicionales.
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“Todas las mujeres, en algún momento de sus vidas, se cuestionan si están haciendo lo correcto, si merecen lo que han logrado, o si deberían estar en posiciones más acordes con una visión conservadora de lo que significa ser mujer: cuidadoras, madres o miembros subordinados de una familia.”
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Para ella, superar estas dudas es clave para desbloquear el talento y la creatividad que tantas mujeres poseen y que la sociedad a menudo intenta limitar. “Cuando surjan esas dudas, hay que superarlas rápidamente y decir: ‘Mi papel en la sociedad es fundamental por mi talento, mi creatividad”.