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A sus 73 años, Rita de la Cruz Picalúa irradia una serenidad que solo puede nacer de la fe, la esperanza y la certeza de haber vencido una dura batalla. Su historia es la de una mujer que no se rindió cuando el diagnóstico de cáncer de mama tocó su vida hace tres años.

“Yo me acostumbraba a hacerme mis mamografías, pero el diagnóstico me lo dieron fue por una radiografía de tórax que me mandé a hacer. Mi hermano es médico y él me dijo que tenía un tumorcito en el seno”.

A partir de ese momento, Rita comenzó un proceso que la transformaría para siempre.

El tratamiento médico fue rápido. En menos de un mes, ya estaba lista para la cirugía. “El doctor Juan Felipe Arias me dijo que podía hacerme un cuadrante, pero yo le respondí: no, hágame la mastectomía. No fue fácil, porque para una mujer verse sin un seno es duro”.

Durante la recuperación, Rita enfrentó no solo el dolor físico, sino también el emocional. “Tuve apoyo psicológico, porque uno se pregunta muchas cosas: ¿qué va a decir mi esposo? ¿Cómo me voy a ver ahora? Pero todo eso fortaleció mi hogar. Con Margarita, mi hija, nos unimos más como familia”.

Como directora de la Fundación Ser, la cual ayuda a personas en condición de discapacidad, nunca dejó de asistir un solo día, y hoy, con lágrimas en los ojos, solo agradece hacer parte de este testimonio.

Rita vivió la cruda realidad que enfrentan más de 15 mil mujeres al año que son diagnosticadas con esta enfermedad en el país, según La Liga Colombiana contra el Cáncer, la cual continúa siendo la principal causa de muerte en mujeres.

Uno de los principales retos en el control del cáncer de mama en Colombia es lograr la detección temprana. En el 2022, el resultado se mantuvo en el rango de cumplimiento medio en el país, lo que ha logrado reducir muchas muertes.

Janeth Julio es otro ejemplo de que este diagnóstico no es sentencia de muerte. Hace ocho años le informaron que el cáncer había hecho metástasis en su hígado. “Pero para la gloria de Dios es como si no tuviera nada. Mi tratamiento es de cada 21 días con quimioterapia”.

Janeth no se ve como una paciente, sino como una próxima sobreviviente. “Yo nunca me he tomado esto como una enfermedad, porque si uno se deprime, se enferma más”.

Mitos a derribar

Esta enfermedad continúa siendo la principal causa de muerte en mujeres, y aunque la detección temprana puede aumentar significativamente la posibilidad de supervivencia, muchas aún evitan realizarse la mamografía por miedo, desinformación y falsas creencias. Uno de ellos es que “la mamografía duele demasiado”.

La doctora Tatiana Bermúdez, profesional en gestión del riesgo primario y líder de salud de la EPS Famisanar, explicó que también es falso aquello de que las mujeres con implantes no pueden hacerse el examen.

“Es fundamental informar al profesional de la salud sobre la presencia de los implantes ya que los radiólogos están capacitados para realizar el examen de forma segura”.

También el concepto de que la mamografía es solo para quienes tienen antecedentes familiares de cáncer. “Por eso, los médicos recomiendan que todas las mujeres de 50-69 años, asintomáticas, se realicen el examen y a partir de ahí cada dos años”.

Factor de riesgo silencioso

El científico especializado en metabolismo Hugo Palafox advirtió que el cáncer de mama no solo está relacionado con la genética y la alimentación, sino también con la falta de controles médicos y detección temprana. Recomendó prevenir desde jóvenes con hábitos saludables: mantener una dieta rica en frutas y fibra, controlar el peso, fortalecer el sistema inmune con glutatión y vitamina D, realizar autoexámenes mamarios y manejar el estrés.