Después de casi dos décadas de haber hecho historia con La tortura, Alejandro Sanz y Shakira vuelven a encontrarse en un terreno donde ambos se sienten cómodos y es la emoción pura hecha canción. Bésame es su nueva colaboración y una muestra de que la conexión entre estos dos íconos de la música latina sigue intacta.
El tema, publicado este jueves, forma parte de ¿Y ahora qué?, el nuevo trabajo discográfico de Sanz. Un título que, según el propio artista, nace desde la honestidad de una pregunta cotidiana que todos nos hacemos, especialmente en momentos de cambio, de caídas, o de reinicios: “¿Y ahora qué?”.
Para Sanz, esa es la pregunta del valiente, del que no se conforma, del que sigue buscando algo más. Y Bésame parece ser una de esas respuestas que no necesitan mucha explicación, solo sentimiento.
En la canción, ambos cantan con complicidad. Se turnan versos y lanzan frases como: “Ni con todo el café de Colombia me quito tu aroma”. En el coro cantan al unísono: “Bésame / Que se acaben los misterios / Bésame de una vez”.
Y luego viene uno de los fragmentos más íntimos: “La otra noche soñé contigo / Que me estaba muriendo de frío / Me calentó tu mirada”.
Un dúo con historia
Su colaboración más emblemática es, sin duda, La tortura (2005), incluida en el álbum Fijación Oral Vol. 1 de Shakira. La canción fue un fenómeno global: número uno en múltiples países, un video que rompió esquemas por su sensualidad y coreografía, y una letra en la que Alejandro interpreta al amante que implora perdón, mientras Shakira, entre lamentos y dignidad se resiste a caer otra vez.
Fue la primera canción en español en recibir una alta rotación en MTV en Estados Unidos, y ganó premios como el Latin Grammy y Billboard Latin Music Awards. Marcó un antes y un después en la forma de hacer pop latino a nivel internacional.
Luego llegó Te lo agradezco, pero no (2006), esta vez con Sanz como anfitrión y Shakira como invitada en su álbum El tren de los momentos. La canción mostró otra faceta del dúo: madura, más introspectiva, con arreglos acústicos y una fuerza interpretativa conmovedora.