Siempre que Jorge Oñate hablaba de la música vallenata se emocionaba y en una de esas ocasiones, señaló. “Dios ha sido mi guía para llevar la bandera de la música vallenata. Mi amor por el folclor nunca ha decaído”. Entonces por su mente desfilaron aquellas historias vividas en el campo musical donde fue un luchador.
Uno de esos episodios era cuando iba en busca de canciones. “Dios me concedió la oportunidad de ser un cantante que me esmeré en ir por pueblos y caseríos en busca de humildes, pero talentosos compositores los cuales me entregaron sus canciones que hoy son la mejor vitamina para el folclor vallenato. Esa ha sido mi contribución a la música que amo desde niño”.
Siguiendo con la línea de las añoranzas, anotó. “Hace algunos años se grabaron 100 clásicos de la música vallenata y el 70 por ciento los he grabado, partiendo desde el año 1968. La verdad es que son más de 250 clásicos vallenatos a los que les puse mi voz con grandes acordeoneros”.
Al indagarle sobre si podía escoger un clásico vallenato grabado con cada uno de los acordeoneros, que contribuyeron al otorgamiento de premios, distinciones y los más altos reconocimientos a nivel nacional e internacional, manifestó. “Eso sí es bien difícil. Es como querer ver el sol en las noches”.
De todas maneras intentó y se metió solamente a esculcar en las canciones grabadas con los hermanos López. “Demasiado difícil. Mire, se me ocurren las siguientes: ‘Diciembre alegre’, ‘Bertha Caldera’, ‘Siniestro de Ovejas’, ‘La Paz es mi pueblo’, ‘Los tiempos cambian’, ‘Amor sensible’, ‘Mi gran amigo’, ‘Recordando mi niñez’, ‘Tiempos de la cometa’, ‘Bajo el palo e’ mango’, ‘La vieja Gabriela’, ‘Las bodas de plata’, ‘Saludo cordial’, ‘Mi canto sentimental’, ‘El cantor de Fonseca’, ‘Palabras al viento’, ‘No voy a Patillal’, ‘La Loma’, ‘Dos rosas’, ‘Rosa jardinera’, ‘La muchachita’, ‘Entre placer y penas’, ‘Marula’, ‘Alicia, la campesina’ y ‘Déjala vení’, entre otras”.
Las palabras no solían huir, pero esa vez agotadas por las nostalgias prefirieron escuchar esos cantos que a Jorge Oñate lo hicieron grande en el concierto vallenato, como aquel donde con la voz untada de tristeza después de meterse en las vivencias del compositor Camilo Namén, se le escuchó cantar en el año 1971. “Tan bueno y tan noble como era mi padre, y la muerte infame me lo arrebató, esos son los dolores y las penas tan grandes, que a sufrir en la vida le pone a uno Dios”.
…Y con los recuerdos haciendo fila en su cerebro, narró. “Yo nací con el Festival de la Leyenda Vallenata. Además, partí el evento en dos al ganar tocando la guacharaca y cantándole a Miguel López en el año 1972, y 20 años después repetí la misma historia con su hijo Álvaro. Dos Reyes Vallenatos pegados a mi corazón”.
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También señaló que era el cantante que más había grabado con Reyes Vallenatos, citando los siguientes nombres. Miguel López, Nicolás Elías ‘Colacho’ Mendoza, Raúl ‘El Chiche’ Martínez, Gonzalo ‘El Cocha’ Molina, Álvaro López, Fernando Rangel, Julián Rojas y Cristian Camilo Peña”. Además, grabó con Emiliano Zuleta Díaz, rey de la canción vallenata inédita.
‘El Jilguero de América’, siempre conservo del vallenato su cadencia y su estilo. No perdió la identidad musical, dejando claro que antes de salirse era mejor retirarse. “Donde voy defiendo a capa y espada la música vallenata y al Festival de la Leyenda Vallenata. Es el festival de mi corazón y he sido su mejor hijo”.
La canción que no grabó
La tarde del viernes 17 de enero de 2020 el compositor Hernán Gómez Barrios, se encontró en las oficinas de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, con Jorge Oñate y su señora Nancy Zuleta, a quienes les cantó su paseo en tono menor ´La voz del Jilguero’.

Al concluir su canto, vino el abrazo y la frase contundente. “Que le canten a uno es algo bonito. Gracias compositor”. Después llegó la promesa de grabarla, pero no se logró quedando como testimonio el reconocimiento para el artista.
“Un Jilguero el que trinaba sin cesar con la brisa a su favor, que gran hazaña y armonioso su canto llegaba, de su terruño hasta Valledupar. Sin su aporte el vallenato no era igual, después de él surgió un acorde perdurable, dos etapas define al cantante y un acordeón se atrevió a desafiar. Fue el creador quien puso en las notas, la voz más bonita, mil detalles. ‘El Jilguero’, traía una misión y oxigenó este canto tan tradicional”.
A su lado siempre permaneció Nancy Zuleta, ‘La patrona’, cuidando al esposo amado, al padre bueno, al abuelo querendón, al amigo inigualable y al artista entregado a su arte. Así mismo contando diversas anécdotas como cuando ella se sentada al frente de una vieja máquina de escribir, para teclear letras y él dictaba las canciones que escuchaba en una grabadora.
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Ese era Jorge Oñate, ‘El Jilguero de América’, ‘El Ruiseñor del Cesar’, el mismo quien permaneció vigente durante más de cinco décadas, habiendo nacido el 31 de marzo de 1949 en La Paz, Cesar. A él le hicieron cantidad de reconocimientos por su carrera artística, entregándole 25 Discos de Oro, siete de Platino y seis de Doble Platino, un Súper Congo de Oro, y el Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical, el cual recibió en Las Vegas, Estados Unidos, el 10 de noviembre de 2010.
“Hasta ahora a los únicos colombianos que les han entregado el Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical, por parte de la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación, es al maestro Rafael Escalona y a mí”, dijo Jorge Oñate para dejar constancia de su grandeza.
