Por unos minutos la calle 46 con carrera 6 Sur guardó un silencio nunca antes sentido.
Los picó de los establecimientos de rumba y parranda de la parte de atrás del estadio Metropolitano se apagaron para que los vecinos pudieran sentir por unos instantes la voz de Shakira.
Esta bulliciosa calle, que se vuelve un pequeño Carnaval con el estruendo de decenas de equipos de sonido cada fin de semana, o durante los partidos de Junior y la Selección Colombia, no tuvo otra opción que darle a los vecinos la oportunidad de salir a las terrazas de sus casas para intentar calmar la curiosidad de escuchar la presentación.
Muchos afinaron sus oídos y cerraron sus ojos. Otros, como unas pequeñas niñas vecinas del sector, se aplastaron contra el cercado de seguridad, con la esperanza de poder distinguir la voz de la estrella barranquillera.
Y es que son demasiados los que simplemente no pueden darse el lujo de pagar una entrada para asistir al evento, especialmen lo residentes de los sectores aledaños al escenario deportivo.
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Sin embargo, la alegría les duró poco porque los estaderos decidieron volver a colocar sus picó en funcionamiento para deleitar a los clientes en sus comercios.
Aún así, todavía son muchos los vecinos que están sentados en sus terrazas, entregados a la fantasía de sentirse en el espectáculo, incluso algunos con camisetas con el rostro de la cantante estampado.
Resulta muy claro la importancia para todos los barranquilleros de tener a Shakira en casa, aunque sea para disfrutarla desde los balcones y terrazas de sus hogares, sin poder verla y apenas disfrutando del eco de su voz.