La espera terminó. Shakira volvió a los escenarios con su tour ‘Las mujeres ya no lloran’, y lo hizo por todo lo alto en el estadio Nilton Santos de Río de Janeiro, donde miles de fanáticos ya se emocionan con cada canción.
Con su energía arrolladora y una puesta en escena impecable, la barranquillera saludó con un potente “¡Buenas noches, Río!”, marcando el inicio de una noche inolvidable. La primera canción: ‘La Fuerte’, desató la euforia del público, que no dejó de cantar y bailar.
El repertorio fue un recorrido por sus mayores éxitos. ‘Hips Don’t Lie’ hizo que el recinto se estremeciera con su icónica frase: “En Barranquilla se baila así”, en el que bailó mapalé de una forma magistral. ‘Estoy Aquí’, ‘Chantaje’ y ‘Las de la Intuición’ encendieron aún más la velada.
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Desde el primer momento, Shakira demostró que este no es cualquier regreso. Se desplazó por el escenario en una imponente tarima. En las pantallas gigantes, grandes lobos aparecieron aullando, pues, le estaba dando la bienvenida a quienes ha denominado su manada.
Uno de los momentos más íntimos de la noche llegó con ‘Inevitable’, donde Shakira, guitarra en mano, mostró su lado más rockero y nostálgico. ‘La Tortura’ puso a todos a moverse al ritmo de su fusión única de pop y reguetón.
Uno de los momentos más especiales fue cuando cantó ‘Acróstico’, mientras en la pantalla gigante sus hijos, Sasha y Milan, aparecían cantando junto a ella, un instante que conmovió a todos.
Shakira, en su esencia más pura, se presentó descalza, conectando con su lado más auténtico y entregándose por completo al público. “Es un placer estar aquí después de siete años en este país que me abrió las puertas desde que tenía 18 años”, expresó.
La artista apostó por lucir looks diferentes en el que el brillo no faltó. El rosa, blanco, dorado negro han hecho parte de su presentación.
