El impresionante mundo literario creado por el escritor colombiano Mario Mendoza se sigue ampliando en el cine. Luego que en 2023 el mundo conociera a Andrés Parra como el perturbado Frank Molina en Los iniciados, un año después vuelve con la secuela en la que se unen los actores Christian Tappan y Cristina Umaña, quienes también estarán atormentados por este mundo.
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Los iniciados: el diario de las sombras, disponible en Prime Video, cuenta cómo después de los eventos de la primera película, con su carrera destrozada, Frank Molina se encuentra en la clandestinidad, escribiendo desde las sombras de forma anónima.
La sensación de calma de Frank es interrumpida abruptamente cuando un par de ojos y una nota ensangrentada aparecen en su puerta. A medida que aumenta el número de víctimas, Frank entiende que tendrá que escarbar en su pasado traumático si quiere encontrar al asesino.
En ese sentido, para conocer más detalles de esta producción que navega entre los géneros del thriller y es a su vez un discurso sobre los poderosos y los menos favorecidos, en un mundo distópico en el que el agua escasea, EL HERALDO conversó precisamente con los dos actores que se unen a esta secuela, Tappan y Umaña.
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El mundo de Mario Mendoza
El escritor colombiano Mario Mendoza, uno de los más prolíficos en la actualidad, tiene una obra que habla mucho del mundo interior de los personajes, personas complejas, difíciles, con luces y sombras, y esta película, basada en su obra, no es la excepción.
Por ello, para el actor Christian Tappan la mejor forma de adentrarse a este universo fue a través de las novelas gráficas, pues así le darían una visión más cercana a lo que quería lograr con su personaje de Isaac.
“Yo entendía que si Mario Mendoza aceptaba la propuesta gráfica de sus novelas era porque ahí había algo de lo cual visualmente yo me podía apoyar y de ahí nació mi personaje. Por eso quería adelgazar, quería que se me vieran a los pómulos, que se me vieran más colgando los cachetes, verme mucho más con una psicopatía fuerte”, dijo a EL HERALDO.
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Por su parte, Cristina Umaña, quien ha sido lectora de Mendoza, dijo que la mejor forma de adentrarse fue, además de conocer la obra, la gran cantidad de ensayos que se hicieron para generar todas las relaciones en la película, en la que la salud mental y la psicopatía son claves.
“Es construir esas historias personales, esos momentos que tiene cada uno de los personajes en este universo tan apocalíptico y donde no hay esperanza. Entonces en esa medida también hay ciertas relaciones que cobran muchísimo sentido y es muy bonito”.
Eva y sus oscuridades
Umaña le da vida en esta película a Eva, una mujer que tiene una relación especial con Frank Molina, entre el amor y la esperanza de un mundo que cada vez se desmorona más, en el que ese vínculo es un bálsamo para ambos, antes que todo se derrumbe.
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“Son dos personajes muy solitarios, individualistas los dos, muy en modo de supervivencia pero que se conectan, que se encuentran, que se dan cariño sin prometerse nada, simplemente darse un poquito de amor, de contención y de cariño”.
Es por ello que para la actriz esa relación ayuda al protagonista de la película a que sus brotes psicóticos no aumenten, aun cuando pareciera que es algo inevitable.
“Ella también le oculta ese pasado para protegerlo, que eso es muy bonito, y para proteger ese mundito que los dos construyeron porque al fin y al cabo en esa relación ese amor un poco complejo que tienen es como esa luz de esperanza”.
Isaac, el psicópata
En la otra punta de esta historia está Isaac, un hombre igual o más perturbado que Frank Molina, interpretado por Christian Tappan y que tiene unas particularidades en su actuar, es metódico, especialmente para hacer el mal.
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“Isaac tiene una oscuridad impresionante, que cuando él habla, que cuando él se mueve, hace lo necesario posible para hacerlo, para terminar sus movimientos, para terminar sus palabras y eso lo vuelve una persona de mucho miedo”, dice.
Tappan añade que esto fue un gran reto pues Isaac no tiene tantas escenas en la película y por ende en el poco tiempo que aparece en pantalla debía darlo todo para que el público entendiera su pasado y porqué actuaba así.
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“Como es muy corto el tiempo y son particulares los momentos narrativos de Isaac dentro de la película, tienes el doble propósito de además de hacer el personaje, contar el personaje, cómo se siente, de dónde viene, cómo piensa, cómo vive, cómo respira, tienes que contar el propósito de la escena escrita, y eso es lo chévere del cine, hacerlo en poco tiempo”, finalizó el actor a esta casa editorial.
