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La mujer que demandó a principios de diciembre a los cantantes Jay-Z y Sean ‘Diddy’ Combs por haberla abusado cuando tenía 13 años puede permanecer en el anonimato, dictó este jueves una juez federal de Nueva York.

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En un documento presentado hoy en el tribunal del distrito sur de Nueva York, la juez Analisa Torres apunta que el relato de la demandante es “altamente sensible” y “de naturaleza extremadamente personal”, por lo que permite que su testimonio siga siendo anónimo.

Torres indica que la mujer, que se identifica con el nombre genérico ‘Jane Doe’, sufre “depresión y trastorno de estrés postraumático” tras la presunta agresión sexual y es “particularmente vulnerable a los posibles daños” que acarrearían el revelar su identidad.

La juez señala además que, según el abogado de la demandante, muchos de sus otros clientes que han presentado demandas similares contra Sean Combs aseguran que han sido amenazados por él tras haber expuesto las agresiones.

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No obstante, Torres anota que, más adelante, se le puede exigir a la mujer que revele su identidad debido al “gran interés del público” y a que esto permitiría a los abogados reunir más pruebas en el caso.

En la demanda, la mujer alegó que, en una fiesta repleta de celebridades, Jay-Z -cuyo nombre real es Shawn Carter- y ‘Diddy’ le ofrecieron una bebida supuestamente adulterada que la hizo sentirse “mareada” y “desorientada”, por lo que se dirigió a una habitación para reposar.

Poco después, Combs y Carter entraron en la habitación, y este último le quitó la ropa, la inmovilizó y la abusó mientras Combs y otra famosa, una mujer no identificada, la observaban.

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La demandante alegó que ‘Diddy’ también la abusó mientras Carter y la otra mujer miraban.

Combs, de 55 años, se enfrenta actualmente a un proceso penal en Nueva York, donde se ha declarado inocente de los cargos de coaccionar y abusar de mujeres durante años, supuestamente con la ayuda de sus empleados.

Esta semana, un exempleado del rapero alegó en una demanda que este le presionó a tener relaciones sexuales con una mujer y le obligó a organizar fiestas, llamadas “Wild King Nights”, a las que tenía que llevar objetos como “alcohol aceite de bebé, toallas, juguetes sexuales y drogas ilegales”.

Después de estas fiestas, el extrabajador, llamado Phillip Pines, debía deshacerse de las drogas, los preservativos y las manchas corporales y de orina presentes en sábanas y muebles, así como borrar cualquier vídeo que revelara las supuestas actividades de Combs.