Su rostro fue el primero de los Buendía que el mundo conoció de la adaptación de Cien años de soledad. Fue una tarde remota, justo como esa que recordó cuando estaba frente al pelotón de fusilamiento.
Precisamente, ese momento fue el que reflejaba su vida. Allí, con los ojos abiertos de la misma manera en que nació, el coronel Aureliano Buendía daba el puntapié inicial para la serie de Netflix que después de varios años vio la luz.
Sus primeros 8 capítulos ya están siendo visionados por el mundo. Y el nombre de Claudio Cataño es quizá de los más populares por su interpretación del coronel, un personaje que está hecho de nostalgia y melancolía, esa misma que tuvo desde su niñez.
Y fue precisamente esa la razón para que el bogotano fuese elegido para este magno personaje. “Tener a Claudio Cataño como el coronel fue una elección acertada, ya que todos coincidimos en que transmitía nostalgia, melancolía y dolor profundo a su personaje”, sentenció Laura Mora, directora de la serie.
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Contacto con sus sentimientos
Y es que el actor, en conversación con EL HERALDO en la ciudad de Bogotá, explicó que para poder llegar a eso que destacó la paisa fue “poner su pellejo” y no porque se considerara un hombre melancólico, pues sería algo pretencioso de su parte, sino porque estuvo en contacto con sus sentimientos.
“He tenido la capacidad, por las idas y vueltas de la vida, de tener mucha conciencia acerca de ciertas cosas como la pérdida y de habitar lugares que para mí son sagrados en mi fuero interno. Así como eventos y personas en mi vida que tienen la cualidad de recordarme que existe lo sagrado en el mundo”, dice.
En ese sentido, agrega el actor bogotano, esa melancolía o esa nostalgia de las estrellas de sentir que cuando miras arriba de repente sientes algo mucho más grande que tú, es un sentimiento que está con los seres humanos un poco que es inexplicable.
“Se me permitió, y gracias a la guía de los directores también, poder explorar eso con lo que he estado en contacto en mi vida, ese sentimiento de estar en relación con una imagen, un recuerdo o una sensación de algo profundo y sagrado, y por lo tanto importante y conmovedor”.
La dignidad de la derrota
Y esa melancolía que caracteriza al coronel, explica Cataño, también tiene que ver con las derrotas que sufre a lo largo de toda la historia y fue esa una de las primeras cosas que destacó de él, de Aureliano.
“Lo que me pasó inmediatamente cuando tuve la audición fue poder hablar de algo que me pareció importantísimo, la dignidad de la derrota, la pérdida, porque es un personaje que está sometido a la pérdida constantemente y justamente en mi vida, en ese momento, yo estaba teniendo que enfrentarme a algo similar, una idea general de lo que significa la pérdida a través de la vida, porque todo el tiempo estamos perdiendo y desconectándonos de todas las cosas que han significado algo importante para nosotros”.
Cataño añade: “Primero su hermano, luego su madre cuando se va, luego cuando su padre se enloquece, cuando pierde el amor de su vida y luego entrega a sus ideales esa fuerza vital a una idea, a una causa que finalmente también termina traicionándolo”.
Una historia única
Finalmente, el actor valoró la producción como un suceso sin igual, no solo por trabajar en ella, sino por todo lo que significa y la calidad de su resultado.
“Como un ocioso que ama profundamente encontrar buen material audiovisual para sentarse a verlo desde su casa, es una serie que me devoraría independiente si trabajo en ella o no, porque es una serie absolutamente extraordinaria”.
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Aureliano Buendía de joven
La historia dicta que cuando tenía la muerte al frente Aureliano Buendía se acordó de la tarde remota en la que conoció el hielo. Ahí arranca toda esta historia que ha maravillado al mundo. Y justamente en el audiovisual, el encargado de interpretar al coronel en su etapa más joven es el actor Jerónimo Barón, quien tuvo que imaginarse conocer el hielo por primera vez.
“Fue un honor, primero que todo, y lo más interesante fue que cuando me enteré, cuando leí el libro por primera vez, que se habría conmigo fue un reto. El director Alex García me tuvo que guiar más que todo para que se pudiera hacer de manera correcta la expresión, los faciales, todo”.
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