Tras seis años de ausencia en la pasarela, Victoria’s Secret regresó este martes con un desfile que marcó un antes y un después en la historia de la icónica marca de lencería.
Lejos de los estándares rígidos y los cánones inalcanzables de belleza que la definieron por años, la firma ha reinventado su mensaje, apostando por una celebración de la diversidad en todas sus formas.
El show fue un claro reflejo de los nuevos tiempos: hubo una inclusión que se vio reflejada en la participación de modelos que rompieron con las barreras tradicionales de edad, talla, y raza.
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El retorno del evento, cancelado desde 2019, se produjo después de que la empresa emprendiera en los últimos años cambios en su dirección y su imagen para alinearse con los valores de las mujeres contemporáneas, y de que estas reclamaran el show que se celebraba desde 1995.
Veteranas como Alessandra Ambrosio, Isabeli Fontana, Kate Moss, Eva Herzigova, Carla Bruni y Adriana Lima lograron robarse todos los aplausos.
Sin embargo, llegó uno de los momentos más significativos de la noche. Se trata de la aparición de Ashley Graham, modelo estadounidense defensora de la positividad corporal y modelo de tallas grandes, quien debutó en la pasarela con un body negro de encaje y unas alas adornadas con flores doradas.
“Lo primero que me dieron fue esta ropa interior pequeñita, y yo dije: ‘Hola, acabo de tener tres hijos’. Pedí algo más cubridor, me dieron un body y me sentí increíblemente sexy. Quiero que más mujeres se sientan representadas en la pasarela”, indicó.
Otro hito de la noche fue la aparición de Alex Consani, una modelo trans de 21 años que hizo historia al desfilar con la misma confianza que ha caracterizado a Victoria’s Secret en el pasado, pero esta vez bajo un lente mucho más inclusivo.
“Estoy gritando, no puedo decir más que gracias”, expresó emocionada a través de su cuenta de Instagram.
La supermodelo puertorriqueña Joan Smalls también dejó su sello en la pasarela. Con su piel morena brillando bajo las luces, Smalls se describió como “una estrella de Rock”, emocionada de estar de regreso en un evento que ahora, más que nunca, busca abrazar la diversidad. “Es un sueño hecho realidad estar de vuelta con todo el equipo”.
No perdió su esencia
De esta forma, Victoria’s Secret ha vuelto a las pasarelas con una nueva visión que responde a las demandas del mercado actual, pero sin abandonar su ADN original. Así lo explica la estratega de moda, Juliana Pedraza, quien asegura que este tiempo de reflexión fue necesario para que la marca ajustara su propuesta de valor.
“Victoria’s Secret necesitaba detenerse para comprender qué estaba pasando en el mercado y cómo podían adaptar su identidad de marca. Siempre han sido conocidos por sus ángeles, un tipo de modelo que representaba un estereotipo de belleza muy marcado: mujeres monas, de ojos claros, delgadas y altas. Pero ahora lo que han hecho es acoplarse a la realidad y demostrar que tienen la capacidad de llegar a todo el mundo”.
De acuerdo con Pedraza, la estrategia de inclusión de la marca ha sabido llevarse a cabo: “Saben que la única forma de seguir siendo relevantes y de continuar con los mejores desfiles de moda es a través de la diversidad de razas y cuerpos. Sin embargo, no han dejado de lado la esencia que los caracteriza: la imagen de una mujer atractiva, con estilo y porte”.
Tiempos actuales
Este enfoque renovado de la pasarela ha dejado opiniones divididas entre el público. La periodista de moda, Daniela Murillo, destacó que, aunque es natural escuchar comentarios de que “el show no fue lo mismo que antes”, la esencia de la marca se mantuvo intacta, adaptándose a las nuevas demandas del mercado y la sociedad.
“Por primera vez vimos un show en vivo desde Nueva York, cuando antes se hacía a través de pregrabados, mostrando así un lado más humano de la marca y dando cabida a errores o detalles de último momento”.
Uno de los cambios más notables fue la disponibilidad inmediata de las prendas en Amazon, justo cuando salían a la pasarela.
“Las prendas fueron mucho más comerciales, no tan conceptuales como en años anteriores, lo que impactó la percepción de la audiencia. Ya no eran atuendos tan elaborados, pero respondían a una dinámica comercial más accesible para el consumidor”.
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A pesar de los desafíos y las críticas que ha enfrentado la marca en los últimos años, como los señalamientos de acoso, discriminación y falta de inclusión, este nuevo show parece haber respondido al clamor por la diversidad. “Vimos representación de mujeres de todas las tallas y mujeres trans, quienes realmente sorprendieron con su pasarela”.
Otro momento emblemático fue la participación de la cantante Cher, quien a sus 78 años se robó el show interpretando himnos como Strong Enough y Believe. “Lograr que Cher se presentara fue un gran plus para la marca”, anotó Murillo.
¿Instrumentalización?
Para Lorena Bautista, lideresa del Bloque Feminista de Barranquilla, aunque el feminismo ha logrado incidir en diversas industrias e instituciones, persisten dudas sobre la sinceridad de ciertas marcas que, tras años de escándalos y acusaciones, ahora buscan limpiar su imagen bajo el discurso de la igualdad y la diversidad.
“Es evidente que la marca venía perdiendo popularidad y ventas, especialmente por el encubrimiento de abusadores y violadores en sus eventos. Ahora, utilizando estrategias que aparentemente promueven la igualdad e interseccionalidad, intentan revertir esa tendencia”.
En este sentido, propone que la verdadera transformación debe centrarse en brindar apoyo a las víctimas y en prevenir las violencias, en lugar de solo enfocarse en mostrar una pluralidad de cuerpos.
“Es necesario que las marcas dejen de imponer estereotipos que afectan la salud mental y física de muchas personas, y que trabajen en la prevención de las violencias y en la reparación del daño”, indica sobre un tema que ha sido debate en redes.