El 22 de septiembre de 1994, un día como hoy, la televisión fue testigo de un fenómeno que nadie esperaba. Friends, una serie centrada en seis amigos que navegaban los altibajos de la vida en Nueva York, se estrenaba en NBC sin mayores expectativas que las de llenar un hueco en la programación de la cadena.
Sin embargo, en el transcurso de sus diez temporadas, no solo se convirtió en una de las sitcoms (comedia de situación) más exitosas de la historia, sino que redefinió el género y se ha mantenido relevante hasta la actualidad, 30 años después.
Es por ello que el impacto de Friends en la cultura popular es incuestionable. Los personajes, tan humanos como divertidos, se convirtieron en arquetipos de la cultura popular: el excéntrico pero adorable Chandler, la enérgica y peculiar Phoebe, el sarcástico pero tierno Ross, la perfeccionista Mónica, el galán despistado Joey y la estilosa Rachel, interpretados increíblemente por Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc, Matthew Perry y David Schwimmer.
Conectar generaciones
Es que Friends como serie tiene muchísimos aciertos, pero quizá el más importante a la hora de analizar su impacto en el público es que supo llegarle y retratar a toda esa gente que estaba en sus 20 y que podían identificarse con ese variopinto grupo de amigos.
Por eso para el realizador Álvaro Serje, más allá de la muy buena escritura, de los muy buenos guiones, de la química de sus personajes, de la buena actuación, del gran timing de comedia que tienen sus seis personajes principales, esta es la razón principal de su éxito.
“Apela a un momento muy particular en la vida de todo el mundo, que es esa época de los veintes en las que tú tienes que encontrarte, tienes que definir quién eres, tienes que dejar atrás algunas cosas, comenzar a ser independiente, dejar atrás la casa de los padres. Friends logró apelar y atinar en ese momento específico de la vida con el que todos en algún momento nos hemos identificado o nos podremos identificar, del crecer, cambiar y de volverse un adulto”.
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Y sumado a eso, la serie también logra cambiar paradigmas que estaban casi que estipulados para las sitcom y que principalmente estaban relacionadas con el núcleo familiar. La familia era el centro de la comedia.
Ahí coincide Jerónimo Rivera, doctor en Comunicación y fanático de la serie, en que Friends realmente plantea una comedia con corazón, en la que el valor principal no es realmente el amor, sino la amistad, la solidaridad y también se abrazan las dificultades y las deficiencias de los personajes, pero además con una decisión muy inteligente y es crear una sitcom en donde hay seis personajes principales, por lo que cada persona puede elegir el personaje principal de su preferencia y que el protagonismo todo el tiempo se estaba rotando entre ellos.
“A partir de allí se generan muchos momentos icónicos, se generan frases emblemáticas, se generan conexiones genuinas entre los espectadores y los amigos, que hacen que finalmente pues todos empecemos a sentir que hacemos parte de ese grupo de amigos que viven en esas casotas, en esos apartamentos gigantes en Brooklyn, Estados Unidos”, comenta.
El cambio en las ‘sitcoms’
Es así como después de su final, hace 20 años, se intentó replicar ese formato de varios protagonistas en una misma serie en las que entra el mundo laboral a la escena, se ven los temas de amores, de amistad y todo lo demás, siendo una tendencia muy fuerte en los años noventa y principios del 2000, que luego se rompe con series mucho más atrevidas, mucho más irreverentes.
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“Friends realmente, para su época, para los años 90′s y principio del 2000, marcó las pautas y marcaron las tendencias muy importantes para que fuera uno de esos shows icónicos en la televisión que aún hoy sigue generando gracia entre todas las generaciones”, añadió Rivera.
El casting perfecto
Uno de los mayores aciertos de Friends fue su casting. Los seis protagonistas no solo tenían una química innegable, sino que lograron algo único: convertir a cada uno de sus personajes en un ícono. El balance entre sus personalidades y sus habilidades cómicas hizo que el grupo funcionara de manera perfecta.
Pero, el gran acierto está en cuanto a que antes de la serie, posiblemente, la única con algún tipo de reconocimiento era Courteney Cox, pero los demás eran desconocidos para la gran industria.
“Hay una anécdota que ellos mismos cuentan en la historia de cómo se hizo la serie, que el productor los llevó alguna vez a Las Vegas a jugar y a tomarse unos tragos y les dijo: ‘Los traigo acá porque va a ser la última vez que ustedes van a poder estar tranquilos en público haciendo lo que quieren hacer’. Y ellos se dieron cuenta que luego sería exactamente así, porque inclusive hoy, después de 20 años de terminar la serie, pues ellos son unas grandes estrellas”.
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El triste final de Chandler
El 28 de octubre el mundo se enteraba que Matthew Perry, el Chandler de toda la vida, moría. Sin embargo, más allá del dolor de su fallecimiento, con el pasar de los meses se conoció que tenía una fuerte adicción a las drogas y que tras una investigación policial cinco personas fueron acusadas de delitos relacionados con su muerte.
Las autoridades federales dijeron que su investigación sobre la muerte de Perry descubrió una “amplia red criminal subterránea” de proveedores de drogas que distribuían grandes cantidades de ketamina en Los Ángeles.
Documentos de un tribunal federal detallaron los últimos meses de vida del actor y la transición de una clínica especializada de ketamina para tratar su depresión y la ansiedad, en la que un doctor le administraba la droga y controlaba los efectos secundarios, a una adicción que lo llevó a “médicos sin escrúpulos” y una red de traficantes callejeros.