Tras la triste noticia de su fallecimiento, conocida este jueves, los seguidores de La Gordita Fabiola han vuelto a ver su última publicación en redes sociales, donde compartió su testimonio de vida con la franqueza y el humor que siempre la caracterizaron. En este video, la querida humorista relató su lucha contra la diabetes y cómo, pese a las adversidades, siempre mantuvo su espíritu alegre y luchador.
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Con su característica sonrisa, Fabiola Posada comenzó diciendo: “Soy Fabiola, y vengo a compartirte mi experiencia y a darte mi testimonio, que podemos decir es un testimonio de vida”.
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En el video, recordó cómo en 1997 fue diagnosticada con diabetes, pero, como ella misma decía, se jactaba de ser una “gorda sana”. Sin embargo, los problemas de salud pronto comenzaron a manifestarse. Dolores de rodilla, hipertensión, y visión borrosa empezaron a afectar su vida diaria, hasta que un día, alguien le habló de la cirugía bariátrica.
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Al principio, la humorista confesó que se negaba rotundamente a someterse a la intervención. “Yo la cirugía bariátrica… Estaba negada a hacérmela porque yo dije, las modificaciones en mi organismo, ¿eso cómo es así?”.
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Pero a medida que su salud seguía empeorando, su resistencia fue disminuyendo. Con humor y sinceridad, recordó cómo la diabetes le afectaba al punto de sentir un apetito y sed insaciable, además de estar siempre agotada y con baja productividad en su trabajo.
Fue entonces cuando decidió buscar la ayuda de un experto en el tema: el doctor Andrés Ospina. Después de varias conversaciones que le brindaron tranquilidad, en 2014 decidió someterse a la cirugía bariátrica, una decisión que cambiaría su vida para siempre.
“Lo mejor que me ha podido pasar”, aseguró en el video. Tras la operación, Fabiola relató cómo su cuerpo se transformó: la diabetes dejó de ser un problema, la hipertensión desapareció y se volvió una mujer más ágil, llegando a pesar 71 kilos.
Sin embargo, con su siempre presente toque de humor, también admitió que no había seguido todas las recomendaciones postquirúrgicas. “Y traí la chacha, la que no le pasaba nada. Y me pasó la buena gracia, pobre mío”, dijo entre risas, recordando cómo su descuido en algunas recomendaciones médicas le pasó factura.
