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Con su capacidad de adoptar a un sinnúmero de personas procedente de distintos lugares, Barranquilla se ha constituido en cuna de grandes artistas.

Esta urbe fue hogar y testigo de buena parte de la prolífica carrera del pintor colombo-español Alejandro Obregón, cuyo legado no se ha desvanecido en una ciudad que logró embellecer con grandes obras.

No es casualidad que su trabajo se considere uno de los más relevantes del arte moderno en el país. Y es que con sus pinceladas supo navegar entre la crítica política, los bodegones y la exuberante naturaleza colombiana.

Nacido en Barcelona en 1920 y fallecido en Cartagena en 1992, sus murales y pinturas han sido parte del paisaje cultural urbano de La Arenosa durante décadas, aunque, con el paso del tiempo, algunos de ellos han sucumbido al inevitable desgaste de los elementos y al abandono. Pero hoy, la ciudad ha decidido que ese legado no puede quedar en el olvido.

Es por ello que la Alcaldía de Barranquilla anunció que en el marco del Mes del Patrimonio, dos de las siete obras declaradas Bien de Interés Cultural (BIC) del pintor serán reubicadas y restauradas, con el propósito de que la ciudadanía vuelva a apreciar el legado que el importante artista colombiano dejó a la ciudad. Para este proceso el Distrito dispondrá de recursos por el orden de los $2.200 millones.

El Telecóndor volverá a volar

La escultura del Telecóndor (1970), creada por Alejandro Obregón Rosén, es un emblema artístico de Barranquilla que está a punto de recibir una nueva vida.

Su reubicación en el hall de acceso del Centro de Eventos Puerta de Oro busca devolverle el protagonismo que alguna vez tuvo, tras años de estar relegada y olvidada en un espacio que ya no hacía justicia a su gran importancia (Intendencia Fluvial).

El investigador cultural y periodista Adlai Stevenson vivió de cerca el proceso de creación de esta pieza y rememoró con EL HERALDO el impacto que tuvo la obra desde su concepción en 1969.

Yo vi cuando la estaban haciendo en una casa en el barrio Las Delicias, era la casa de Héctor Lombana, quien fue el escultor fundidor y yo andaba por ahí porque en ese entonces era novio de la hija de Lombana”.

La conexión de Barranquilla con el mundo, plasmada simbólicamente en la escultura, fue evidente desde el primer vuelo del Telecóndor.

“Cuando lo terminaron, lo sacaron en un helicóptero, la primera vez que el cóndor volaba por los aires de Barranquilla. Recuerdo mucho ese momento cuando lo develaron frente a lo que era Telecom, con todo el grupo de La Cueva presente”.

Sin embargo, con el paso de los años, la obra se vio descontextualizada. El espacio que alguna vez fue Telecom, hoy convertido en la Fiscalía, dejó de ser una plaza abierta para convertirse en un patio encerrado, limitando el acceso al público y exponiendo la escultura a actos de vandalismo.

“Para mí Puerta de Oro es un espacio adecuado. En Telecom ya no era lo mismo. El Telecóndor estaba cercado y su entorno no lo acogía como debía. Este cambio lo devolverá a un lugar más digno, donde pueda ser apreciado nuevamente por todos”.

La gran afluencia de personas que a diario tiene el Gran Malecón, estando cerca de Puerta de Oro, es un factor fundamental para el secretario de Cultura, Juan Carlos Ospino, quien destacó la reubicación de esta obra.

“Pensamos en Puerta de Oro porque es un sitio que tiene vigilancia permanente. Esta obra requiere de una custodia y de mantenimientos. Aquí estará garantizada su protección”.

Restaurando un icónico mural

Transitar sobre el edificio Mezrahi, en la carrera 53 con calle 76 es lograr contemplar coloridos toros, peces y aves marinas que pintó el maestro Alejandro Obregón en 1958, en el mural denominado ‘Tierra, mar y aire’.

Sin embargo, también quedó inmerso en el deterioro. Esto ha dado lugar a la existencia de algunos espacios huecos en el cielo, el sol, las alas de las aves, la cola de los peces y la vegetación, que se ha quedado sin varias teselas (piezas de piedra).

De acuerdo con el investigador cultural y periodista Adlai Stevenson, este mural esconde un relato que conecta a Obregón con piedras traídas de Italia y la profunda amistad que el artista tenía con su círculo más íntimo.

“Lo hizo con unas piedras que trajeron de Italia, porque en Colombia no se producía ese tipo de azulejos con esa gama cromática que profundizan la obra”.

Para la historiadora de arte, Isabel Ramírez, es de suma importancia la restauración de ambas obras por la magnitud del legado que dejó Obregón. “Es un artista que hizo unos aportes muy importantes a nuestra cultura, a nuestra identidad, a la historia de lo que somos y de cómo nos hemos pensado y cómo nos hemos entendido como sociedad”.

Inicia la restauración del mural

El secretario de Cultura, Juan Carlos Ospino, le confirmó a EL HERALDO que los trabajos de restauración del mural ‘Tierra, mar y aire’ iniciarán la semana entrante. Este miércoles quedó firmado el contrato por parte de la Secretaría Administrativa. “El curador tiene todo el interés de que podamos entregarle entre este mes y el otro a la ciudad ese regalo patrimonial. Pero lo más importante es que ya inician los trabajos. Estamos seguros que máximo son dos semanas”.

Orlando AmadorRestauración del mural ‘Tierra, mar y aire’