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La gastronomía a veces puede parecer compleja. Sin embargo, entre tantos ingredientes exóticos y técnicas sofisticadas, hay clásicos que destacan precisamente por su sencillez. 

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Uno de ellos es la ensalada César, que este año celebra su centenario. Una receta que, a pesar de su simplicidad, ha conquistado paladares en el mundo y se ha convertido en un emblema de la cocina.

Su historia empieza en 1924 en Tijuana, México. César Cardini, un chef italoamericano, enfrentaba una noche agitada en su restaurante. Con las provisiones al mínimo, tuvo que improvisar. Así, de la necesidad, nació la famosa ensalada.

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La receta original incluía hojas de lechuga romana, aceite de oliva, ajo, jugo de limón, huevo, salsa Worcestershire, anchoas, mostaza Dijon, queso parmesano y crutones. El resultado fue un plato que deslumbró a sus comensales por su frescura y sabor.

Para el chef barranquillero, Miguel Marenco, hablar de esta ensalada es remitirse a una receta clásica de la cocina mundial, por lo que resalta las modificaciones que ha tenido en la ciudad.

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“En la actualidad, es común encontrar la ensalada César en muchos restaurantes de Barranquilla y del mundo, presentada con ingredientes adicionales como pollo rostizado, anillos de calamar o camarones”.

Además, manifiesta que es un acompañamiento ideal para platos fuertes como pescado al horno, pollo asado o un buen corte de carne. Su capacidad de complementarse con otros alimentos la hace imprescindible en cualquier menú.