El reloj marcó las 4:00 p.m. El sol aún brillaba con intensidad. Todo estaba dispuesto para que los feligreses se dispusieran a iniciar la procesión en honor a la Virgen del Carmen. De a poco, iban llegando niños, jóvenes y adultos que protagonizarían una vez más esta tradición religiosa.
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En la Parroquia Nuestra Señora del Carmen todo era gozo. Las sombrillas, gafas y gorras no faltaron. Los 30° que se registraban al inicio no serían impedimento para comenzar el recorrido que partió desde la carrera 50 con calle 55.
Los escapularios como símbolos de la protección de la Virgen, colgaban sobre los pechos de los creyentes que la consideran la patrona de los conductores y transportadores. Al igual, que la reina de los bomberos y las Fuerzas Armadas.
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En esta fecha especial para los devotos, muchos de ellos renuevan su fe y esperanza, a la vez que le profesan gratitud. Y es que es común que los fieles hagan promesas a la Virgen del Carmen a cambio de favores recibidos, ya sean de salud, empleo, o resolución de problemas personales.
'Ven con nosotros a caminar, Santa María, ven', cantaban los feligreses mientras unos pequeños cojines con la imagen de la Virgen empezó a llamar la atención de muchos.
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Alfredo Gómez los estaba regalando. Su amor por ella era evidente, una devoción que empezó a tocar sus fibras desde muy niño cuando su abuela solía organizar esta festividad.
'Es una tradición familiar y todos los años la venero. Ella siempre ha estado presente en todos los momentos difíciles de mi vida'.