Aceptar su derrota como revolucionario después de haber sido parte de la guerrilla del Ejército Popular de Liberación (EPL) fue lo que motivó al magistral cineasta colombiano Sergio Cabrera a crear, quizá, la mejor película colombiana de la historia: La estrategia del caracol.
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Así se lo confesó a EL HERALDO en una conversación en Cartagena en medio del FICCI momentos previos a recibir el tributo que el festival de cine más antiguo de Latinoamérica le dio por su implacable trayectoria en el séptimo arte.
“La idea original de La estrategia del caracol está basada en mi derrota como revolucionario. Yo quería hacer la revolución. No pude, fracasé. Y fue algo que me golpeó emocionalmente y creativamente”, dice.
Inmediatamente después recuerda el momento de haber leído una noticia del periódico bogotano El Tiempo en la que contaban la historia de una casa que había desaparecido y la musa llegó. “Yo me imaginé y dije mira esta es como la oportunidad de contar cómo se hace una revolución, hacer una revolución en miniatura”.
Y así fue naciendo. Y se fueron juntando todos. Con un elenco cargado de talento, entre los que destacan Fausto Cabrera, padre del cineasta Víctor Mallarino, Vicky Hernández, Luis Fernando Múnera, Gustavo Angarita o el propio Carlos Vives, se creó una obra que ha logrado traspasar el tiempo.
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“La película tiene todos los elementos que hay en una revolución. Situar la lucha de clases entre las dos partes con ese muro por la mitad y la forma como ellos van construyendo mecanismos de confianza, plantean un objetivo en común, como crece la solidaridad, cómo avanza todo, lo que hacen es una pequeña revolución en miniatura. Yo creo que a la gente le gusta ver que somos capaces de, a largo plazo, cambiar el mundo, cambiar el país, aunque ahí simplemente cambien una casa”, añadió.