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En la era digital actual, donde las pantallas de dispositivos electrónicos son imprescindibles en el mundo laboral y escolar, la sobreexposición a la luz azul ha emergido como una preocupación significativa para la salud de la piel, según expertos dermatólogos.

Contrariamente a la creencia popular, los daños cutáneos no provienen exclusivamente de la radiación ultravioleta emitida por la luz solar, sino también de la luz azul artificial emitida por dispositivos tecnológicos y fuentes de iluminación LED. Dermatólogos advierten que esta exposición prolongada puede tener consecuencias perjudiciales, incluyendo un envejecimiento prematuro de la piel.

Lina Joya, Marketing en Protección Solar para BASF Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú, destaca la importancia de comprender que la protección solar no debe limitarse a la exposición directa al sol. 'A medida que aumenta la necesidad y conciencia por utilizar protectores solares, los consumidores buscan que los productos protejan su salud, se adecuen a cualquier tono de piel', afirma Joya.

Según GMSA Latinoamérica (Sistema global de comunicación móvil), ya hay 4.300 millones de personas que usan smartphones en todo el mundo, por eso los dermatólogos recomiendan el uso constante de protector solar, incluso en entornos internos, para contrarrestar los efectos negativos de la luz azul, que pueden ser: reducción de melatonina, daño ocular, formación de manchas y arrugas, disminución de la producción de colágeno y desencadenamiento de migrañas. Joya sugiere aplicar el protector solar dos o tres veces al día para una protección óptima.

En respuesta a esta creciente preocupación, expertos en la industria están explorando soluciones innovadoras. El gigante químico alemán BASF, por ejemplo, está desarrollando tecnologías avanzadas, como la dispersión líquida natural de óxido de zinc, que es un filtro UV altamente efectivo que ofrece protección sin comprometer la experiencia sensorial.

La sobreexposición a la luz azul, proveniente de dispositivos electrónicos, ha sido vinculada a la reducción de melatonina, daño ocular, formación de manchas y arrugas, disminución de la producción de colágeno y desencadenamiento de migrañas.

En un mundo donde la tecnología es cada vez más indispensable, la salud de la piel no debe ser comprometida. La protección solar, más allá de ser una necesidad en la playa, se ha convertido en un elemento esencial para contrarrestar los peligros de la luz azul en nuestra vida diaria.