El amor por la fotografía, es una pasión que el barranquillero Gabriel Eisenband, heredó de su abuelo Jaime Gontovnik. Desde niño lo acompañaba en sus días de pesca por Bocas de Cenizas, Cartagena y el Parque Tayrona. En medio de sus faenas este también sacaba su cámara para obturar los mejores paisajes costeños.