La Navidad es una de las épocas más entrañables del año, que además de ser protagonizada por los obsequios, adornos y festividades, tiene un ingrediente especial: la comida, la cual se convierte en una de las mejores razones para compartir.
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Por estos días las compras innecesarias, el uso indebido de la pólvora y la denominada 'hambre emocional', conlleva a innumerables excesos que perjudican a corto o largo plazo la salud de las personas.
Una alimentación poco balanceada, la alteración en las horas de sueño, el abuso de las bebidas alcohólicas y la poca actividad física pueden afectar los resultados de bienestar o desencadenar afecciones en el organismo.
Los especialistas afirman que en momentos de celebración, las personas no deben abstenerse a compartir sus platos preferidos, sin embargo, antes de responsabilizar al entorno familiar o social de cualquier alteración en su salud, se deben tener en cuenta pequeñas acciones para evitar saciar el hambre emocional.
Y es que las emociones influyen en nuestras acciones, así como los pensamientos, las creencias, y las decisiones que tomamos, ya que están asociadas a la sensación de placer.
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Así lo afirma la nutricionista Clara Valderrama, quien, además, recomienda a las personas no excederse en esta época del año, más si se ha procurado tener un estilo de vida activo y saludable en los meses anteriores.
'Sabemos que puede haber excesos porque en Navidad cambian algunas de las rutinas, pero controlar las porciones y el tipo de alimentos que ingerimos puede permitirnos disfrutar las festividades sanamente. No significa privarse totalmente o convertirse en Grinch (persona con mal genio) y dejar de comer'.