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Desde que Shakira decidió trasladarse a Barcelona para formalizar su relación con el futbolista español Gerard Piqué, adquirieron una lujosa mansión ubicada en Esplugues de Llobregat, un municipio del territorio catalán en el que convivieron los últimos 10 años y que de inmediato se convirtió en el hogar de sus dos hijos Milán y Sasha.