Leandro Díaz navegó por un mar de composiciones poéticas, convirtiéndose así en ícono del folclor vallenato.
Con sus letras dejó una huella imborrable, al reflejar en estas sus arduas luchas e inspiraciones que brotaban de 'los ojos del alma'.
La vereda de Alto Pino, ubicada dentro de los límites del municipio de Barrancas, La Guajira, lo vio nacer el 20 de febrero de 1928; sin embargo, él no pudo observar aquel lugar que lo recibió por primera vez. Leandro nació ciego.
Rendir un homenaje a su legado es uno de los objetivos que contempla el Canal RCN con la ejecución de la serie Leandro Díaz, basada en el libro Leandro, escrito por Alonso Sánchez Baute.
A partir de este lunes 19 de septiembre, a las 9:30 p. m., los colombianos podrán transportarse a la magia más pura del amor y a la época de oro del vallenato. Serán testigos del relato y la escenificación de los altibajos que padeció el legendario cantante. Desde sus desafíos con la ceguera hasta sus más íntimos momentos, aquellos que siempre buscó plasmar en sus canciones.
Darle vida al personaje y ponerle la lupa a cada una de sus características fue una tarea asignada a Silvestre Dangond, uno de los artistas más influyentes del vallenato, que con esta producción hace oficial su debut actoral.
El urumitero nacido en 1980 manifestó haber tenido uso de razón desde los 2 años, época en la que recuerda su vínculo con compositores, cantantes y acordeoneros.
'Yo me estoy gozando la actuación. No lo siento como un galardón para mi carrera. Han sido 20 años de música disfrutando. Interpretar a Leandro no es un galardón, es un gozo'.
Silvestre se trasladó a Bogotá desde febrero pasado para potencializar un nuevo arte. Las tarimas se convirtieron en sets de grabación y las clases pasaron a ser parte de su cotidianidad. De la mano del maestro Tao Sierra, el cantante se sumergió en una preparación que espera seducir en pantalla.
'Me leí el libro dos veces y me ayudó a interiorizar el personaje. A medida que iba navegando en ese mundo me ayudó mucho a entenderlo todo, y grabar las canciones también se convirtió en otro apoyo'.
Encarnar a Leandro le ha permitido vislumbrar la capacidad de fortaleza y positivismo que engendraba el juglar guajiro, logrando una naturalidad de emociones en cada una de las escenas.
'Todo lo he hecho de una manera inocente porque la intuición de actor no la tengo, entonces yo trato de interiorizar y de imaginarme cómo él lo hacía en su momento. Es tan lindo el personaje que uno se enamora'.
Además, interiorizarlo fue influyente para dejar ver la similitud de ambos cantantes en algunos pasajes de sus vidas.
'Estoy amando el universo de Leandro. Yo siento que tenía cosas de Leandro en mi interior y que nací con ellas, las viví y descubrí que estaban en mí cuando comencé a narrar la historia y me di cuenta que ese era yo'.
La grabación aún está en curso, por lo que Silvestre esperará finalizarla para reflexionar sobre los aportes que le dejó esta nueva experiencia estando en la piel de un hombre que hasta sus adversidades plasmaba en estrofas y versos.
'¡Luces, cámara, acción!'. En el instante en que el artista de 42 años escucha esta frase, cierra sus ojos, y se transporta en una serie de momentos que hace propios.
'El reto para mí es protagonizar a alguien que no sea Leandro porque yo soy Leandro y siento que no es difícil cuando dicen acción. Cierro mis ojitos y me dejo llevar'.
Aquella voz poética, clara y melodiosa del juglar la heredó su hijo Ivo Díaz, quien agradece el reconocimiento hecho a su padre a través de la producción.
'Es un honor que muestren la historia de mi padre, quien vivió tantas circunstancias adversas y sufrimiento, convirtiendo a Tocaimo en un caserío perdido en Macondo, un pueblo de historias. Cantarle a su gente era lo que más amaba, se reía de sí mismo, le cantaba a su dolor, a su ceguera'.