Un exportador de nuestra música folclórica, así se define el DJ y productor barranquillero Cato Anaya, que con su mezcla de sonidos electrónicos y música raizal ha permitido que instrumentos como la gaita y el tambor alegre hayan retumbado en los últimos cuatro años en Tomorrowland, el festival de música electrónica más prestigioso del planeta.
Andrés Anaya Torres (su nombre de pila) explica que hacer parte de este evento que se realiza en la localidad de Boom, Bélgica, es como representar al país en los Juegos Olímpicos.
Su última canción Brisas del mar acaba de poner a bailar a 'medio planeta' en la edición virtual del Tomorrowland que se cumplió este 16 y 17 de julio.
Sobre este tema cuenta que tomó el nombre del conjunto residencial en el que creció, en el sector de Villa Campestre. Allí afinó su oído al escuchar los sonidos del mar y el canto de las aves.
Para recrear la historia en la que presenta a un campesino que arrea el ganado y se comunica con las nubes para clamar por un poco de lluvia, contó con la colaboración del gaitero Nayib Feres, líder de La Banda de Nayo, ganador de múltiples festivales folclóricos y del Congo de Oro. En la parte vocal lo respaldó Mathieu Ruz, del grupo Tonada; la percusión corrió por cuenta de Cristian Moreno, y tuvo como invitados a los DJ mexicanos Tom & Collins, celebridades de la escena electrónica de su país.
'Hace seis años me di a la tarea de fusionar nuestro folclor con música electrónica, propuesta que puede ser criticada por los ortodoxos, pero que tiene a medio mundo bailando. Por fortuna llevo cuatro años consecutivos sonando en Tomorrowland, tres veces de manera presencial y este año en la edición virtual estuvimos gracias al set presentado por Tom & Collins'.
Su actuación más especial en este festival recuerda que ocurrió en 2019, porque estuvo en el escenario central junto al DJ y productor británico Kryder, con quien sonó su canción Salomé. 'Un fan me pasó la bandera de Colombia y la puse en lo más alto de Tomorrowland, imagínense, ni yo me las creía, ese ha sido el momento cumbre de mi carrera'.
Frente a quienes consideran que estos dos géneros musicales son como el agua y el aceite, explica que al acelerar algunos beats logra sonidos que van en consonancia con la cumbia. 'Tanto el folclor como la electrónica invitan a bailar, a la euforia, así que al combinarlos el resultado es una bomba'.
Cato ha dedicado 20, de sus 34 años a la música. Tomó clases particulares de piano, guitarra y música en general. Con esas bases creó un estudio casero y produjo pop, salsa, merengue y música folclórica para artistas emergentes.
'Luego me enamoré de la música electrónica y no he parado, quiero motivar a los nuevos productores y DJ a que le apuesten a nuestros sonidos y exportarlos. Me llena de satisfacción hacer una canción en Barranquilla muy folclórica y luego que figuras como Bob Sinclair (Francia), Nicky Romero (Holanda) o Claptone (Alemania) la escojan dentro de millones para sonarla en su set. Ese es el mejor piropo que se puede recibir'.