Como niñas corrían por el pasto jugando a La Lleva. A pies descalzos, con palmas y bailes de libertad se divirtieron sin miedo a ser señaladas por los transeúntes. Desconectadas del mundo exterior y muy vibrantes, hicieron del campo abierto su refugio.
Incienso, flores y frutas, esencias sobre un gran tapete son los elementos infaltables para el altar del Círculo de Mujeres, un espacio de sororidad (solidaridad entre mujeres) fomentado para aquellas que practican yoga en la ciudad.
En 2020, Darling Melo, una yogui barranquillera, creó este proyecto. La joven de 26 años es madre de un niño de dos años y su experiencia desde la maternidad ha sido 'maravillosa', pero lo que más ha disfrutado de ella es poder compartirla con otras mujeres.
En un viaje por su poder interior se embarcan esas mujeres jóvenes, trabajadoras, madres y estudiantes que hacen parte de esta experiencia. Este Círculo de Mujeres no está enfocado en el yoga de posturas, sino más bien en la meditación, el camino para llevar una vida espiritual sana.
El encuentro es convocado por la yogui Melo una vez al mes en tiempos de luna llena. 'Se hace para esos días porque es un momento en el que toda la energía del universo influye en las mujeres, que también somos cíclica', contó.