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'El Diablo me obligó a hacerlo'. Esa fue la defensa de Arne Johnson ante el Tribunal Superior de Connecticut, EE. UU., el 24 de noviembre de 1981. En el juicio lo acusaron por ser el supuesto autor del homicidio de Alan Bono.

Los esposos Ed y Lorraine Warren, pareja de investigadores de lo paranormal que atendieron el caso, aseguraron en aquel entonces que el cometido de Johnson se debió a una posesión demoniaca.

Basada en hechos reales, llega este martes a los cines de Colombia El conjuro 3: el Diablo me obligó a hacerlo, la séptima entrega del universo de El conjuro, una de las sagas de horror más exitosas de la historia cinematográfica, y de la que se desprenden películas como El Conjuro; El Conjuro 2: el caso Enfield, Annabelle y Annabelle 2: la creación; La monja; y Annabelle 3: viene a casa.

En esta ocasión, el expediente Warren devela detalles de uno de los relatos de terror que más conmocionó a la pareja. La lucha por el alma de un niño asediado –David Glatzel– por entidades malignas. Homicidio y maldad desconocida arroparon los días de Ed y Lorraine mientras atendían el llamado desesperanzado de Debbie Glatzel, hermana de David, y Arne Johnson, pareja de ella.