Para muchos se fue el cantante, el ídolo, una figura del folclor colombiano. Para otros, como en el caso de Silvestre Dangond, se le fue su padrino, su segundo padre como en ocasiones lo expresó. El urumitero cuando pisaba suelo valduparense y tenía la oportunidad, no podía marcharse sin visitar a su también colega Jorge Oñate.
Es un gran vacío el que deja Oñate en el vallenato. Sus más de seis décadas en tarimas lo ratifican como uno de los más grandes. El 'jefe' de las agrupaciones, como muchos le decían, se marchó a los 71 años y sus amigos, familiares y seguidores lloran su partida. Silvestre era uno de los más allegados al intérprete de ‘Volví a llorar’ y un único trino, hasta el momento, es lo que ha compartido en sus redes sociales.
'Así no era! Pero toca aceptar, ahora es cuando comienzas a volar más alto Jilguero', escribió Silvestre desde su cuenta de Twitter.