Una atípica celebración de Domingo de Ramos se ofició esta mañana en la Catedral Metropolitana María Reina de Barranquilla.
Sin asistentes físicos, así fue la bendición que ofreció el arzobispo de la ciudad, Pablo Emiro Salas, a los ramos de los creyentes que se conectaron a través de EL HERALDO y la señal de Telecaribe en la celebración que da apertura a la Semana Santa. El prelado hizo una recomendación especial para llevar a cabo una 'peregrinación desde el corazón', recordando la situación en la que se encuentra sumida el mundo.
'Claramente, tanto para ustedes, queridos hermanos; como para nosotros, sus pastores, las circunstancias en la que nos encontramos son del todo excepcionales. Nunca nos imaginamos que pudiéramos vivir una Semana Santa en las condiciones en las que empezamos a vivir esta. Los pastores estamos presidiendo con los templos vacíos y ustedes, desde sus casas, intentando participar en la celebración', expresó el arzobispo.
El líder religioso puntualizó que esta situación tendrá algo que decirle a la humanidad y debe suscitar algún interrogante. 'Hoy más que nunca tenemos claro que no está en nuestras manos decidir el rumbo de las cosas, de la historia ni de nuestra propia vida', sentenció Salas.
También reflexionó que la fuerza de los hechos que vive el mundo hoy 'recuerda lo limitados que somos y la precariedad de la vida misma'.
Recordó como desde años la tradición de salir el Domingo de Ramos a peregrinar es esperada, pero en la actualidad por 'designios de Dios' no pudo ser celebrada como de costumbre. El religioso impulsó a que en medio de la dificultad se profundice sobre el significado del gesto de salir.
'Dios ha querido que su pueblo no se quede añorando esta tradición. Tenemos que ir más allá y debemos descubrir esa verdad que nuestro señor nos está enseñando hoy'.
Para el sacerdote lo excepcional de esta situación invita a la humanidad a darle un rumbo diferente a las formas de pensar, sentir y actuar, recordando las palabras del papa Francisco en las que hizo un llamado para ver este tiempo como uno de juicio y replantear el 'camino de nuestras vidas'.
Al finalizar el oficio religioso envío un mensaje de apoyo al personal médico por su ardua labor en medio de la pandemia, reconociendo el esfuerzo realizado por los profesionales de la salud para salvar vidas. También reconoció el esfuerzo que han hecho los miembros de la iglesia para seguir llevando sus mensajes a los feligreses a través de las plataformas digitales.