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La automedicación es una práctica que actualmente muchas personas utilizan sin tener en cuenta las consecuencias psicológicas, físicas y financieras que esto conlleva.

Más allá de lo que alguien considere correcto ingerir a la hora de sentir un malestar físico, es muy importante ser conscientes de las implicaciones negativas que esto puede ocasionar.

Entre más una persona ingiere antibióticos, las probabilidades para que los efectos de este disminuyan en su organismo se van elevando. Lo anterior, causa una resistencia antibiótica la cual se define como la capacidad que tienen los microorganismos para resistir a este tipo de medicamentos.

De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, incluidas en el Plan de Respuesta Nacional a la Resistencia a los Antimicrobianos, las consecuencias económicas de esta problemática se derivan 'al costo de la atención sanitaria y el desarrollo de tecnologías para el tratamiento de infecciones'.

'Automedicarse es una fórmula peligrosa', así tituló su estudio en 2020, el profesor Jorge Díaz Rojas, del departamento de Farmacia de la Facultad de Ciencias para la Universidad Nacional de Colombia. 'Hay un imaginario de que todas las dolencias se deben resolver con medicamentos, lo cual no es cierto', y a advirtió en el mismo documento, que 'la automedicación es permitida solo para tratar molestias leves como dolores de cabeza o resfriados, y en algunos casos dolores musculares o síntomas estomacales'.