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Después de más de un año del inicio de la pandemia es común que los niños mantengan un estado de ánimo aburrido, debido a que las alternativas para entretenerse son cada vez más escasas.

Además, se le suman los retos que enfrentan los padres de familia al tener que, además de sus ocupaciones laborales, ejercer de profesores en casa y es por esto que se quedan sin tiempo ni energía para crear junto a sus hijos actividades adicionales que los saquen de la rutina.