El gobierno de Donald Trump solicitó el lunes al Congreso un desembolso de 290 millones de dólares para materializar el compromiso presidencial de poner fin a la epidemia de VIH/sida en Estados Unidos en diez años.
El presidente anunció el plan durante el discurso del Estado de la Unión ante el Congreso el 5 de febrero. El objetivo es reducir en 75% el número de nuevos contagios en cinco años y en 90% en diez años.
Actualmente cada año se registran unas 38.000 nuevas infecciones en ese país.
La demanda presupuestaria está pensada para aumentar la prevención, principalmente impulsando el uso del medicamento PrEP por hombres antes de mantener relaciones sexuales homosexuales (que representan dos tercios de las infecciones) y por otras poblaciones en riesgo, especialmente habitantes de 48 condados identificados como los portadores más activos de la epidemia.
Este medicamento de 'profilaxis pre-exposición' --una tableta al día-- protege casi al 100% de una infección por VIH durante las relaciones sexuales sin protección.
El gobierno estima que solo un 10% de las personas que pueden beneficiarse de él lo toman.
La lucha contra el sida fuera de Estados Unidos tampoco es una prioridad de la administración Trump, que este año propuso, como en anteriores, reducir el presupuesto del programa insignia Pepfar, esta vez en un 29% con respecto a 2019, según Jennifer Kates, de la Kaiser Family Foundation.
Pero el Congreso es el que elabora el presupuesto federal y los recortes planteados hasta ahora por el Ejecutivo siempre han sido rechazados.
'Aunque el presupuesto de Trump incluye recortes presupuestarios que no podemos apoyar, terminar con la epidemia del VIH es algo que todos podemos apoyar', dijo Carl Schmid, director adjunto de The Aids Institute, y también copresidente del Consejo Consultivo de la Casa Blanca sobre el VIH y el sida.