Durante mucho tiempo se han inventado centenares de reglas que han limitado el goce a la hora de vestirse y, por el contrario, han convertido este acto en todo un dolor de cabeza. Resolver la mítica pregunta '¿qué me pongo?' se vuelve más tedioso cuando existen barreras tan ínfimas como que los zapatos deben combinar con el fajón.
Lo cierto es que la moda misma, a través de los diseñadores y marcas, ha sido la encargada de desmitificar y contrariar estas reglas obsoletas que transforman la manera en que elegimos qué ponernos con la libertad de hacerlo, sin importar desde los detalles más pequeños como el color y sus combinaciones, hasta usar las prendas que, en muchas ocasiones, estaban prohibidas para cierto tipo de cuerpos.
Precisamente, durante los últimos años hemos visto de manera global una creciente conciencia por el cuerpo, en la cual la aceptación por las distintas figuras también ha afectado de manera positiva la forma en la que se visten, principalmente, las mujeres.
Se decía que las de tallas grandes no podían usar shorts, que a las de tez oscura solo le quedaban bien las tonalidades llamativas, que las de estatura baja solo podían usar cierto tipo de pantalones o que a las delgadas no les quedaba la ropa ancha. Todo eso, por fin, ha quedado atrás.
En esta edición te desmitificamos, con claros ejemplos, algunas de esas pautas que han quedado en el baúl de los (feos) recuerdos y que hoy día su abolición no solo hace más divertido el ritual de vestirse, sino que también ayuda a llenar de libertad, poder y seguridad a las mujeres.