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Desde 1965 un grupo de pequeños campesinos del Atlántico llegó para habitar un pedazo de tierra rodeado por las aguas del río Magdalena que separan a Barranquilla de Sitionuevo (Magdalena). Motivados por la fertilidad de la tierra en la isla Rondón –que después pasó a llamarse isla Pensilvania– más de 80 familias colonizaron el territorio con el propósito de sembrar frutas, verduras y tubérculos.

Transcurrieron más de 20 años y la isla se posicionó como 'una despensa' de la capital del Atlántico. No obstante, en la actualidad, ese panorama es solo una memoria de bonanza de los que llegaron ahí cuando eran más pequeños.