Desde que el presidente de Colombia, Iván Duque, estaba en campaña, uno de los pilares de su plan de gobierno ha sido el impulso de la economía naranja. 'Las industrias creativas se conciben como un motor de crecimiento económico, como un motor de oportunidades', son palabras que el mandatario ha repetido, a grosso modo, en diferentes escenarios, ya sea en Londres, Barranquilla o Valledupar. Pero, ¿a qué se refiere con 'economía naranja'?
Para los que aún no están familiarizados con el término, según un informe del Ministerio de Cultura, la economía naranja es 'una herramienta de desarrollo cultural, social y económico. Se diferencia de otras economías por el hecho de fundamentarse en la creación, producción y distribución de bienes y servicios, cuyo contenido de carácter cultural y creativo se puede proteger por los derechos de propiedad intelectual'.
'Festivales, carnavales, museos, gastronomía, medios (televisión, radio, cine, impresos, digitales), artes escénicas (teatro, títeres, zarzuela, danza contemporánea), artes visuales (pintura, escultura, fotografía), entre otros, además de un gran bloque de creaciones funcionales, como el diseño, la joyería, la publicidad y la arquitectura', son algunas de las actividades y oficios que conforman esta anaranjada economía. En abril de 2019 dijo el mandatario que todas estas reunidas equivalen por sí solas al 3,4% del Producto Interno Bruto (PIB) del país; es decir, 'más que la minería y tres veces el aporte al PIB de sectores tradicionales de la agricultura'.
Para llevar esta política gubernamental a la práctica, cohesionarla, que comience a generarle una mejor calidad de vida a artistas, gestores y mejore los entornos donde se da de manera silvestre, el Gobierno creó las áreas de desarrollo naranja (ADN).
El viceministro de la Creatividad y la Economía Naranja, Felipe Buitrago, es una de las personas en el país que más sabe de este tema junto con el presidente Iván Duque, al punto de que ambos escribieron el libro La economía naranja: una oportunidad infinita. El funcionario explica que la idea de crear las ADN 'es poder concentrar con oferta institucional e inversiones el desarrollo y la transformación en las ciudades a partir de un clúster creativo, una comunidad y los negocios no creativos que hay en esos sectores'.
Por ejemplo, Barranquilla tuvo la primera ADN del país. Está localizada en Barrio Abajo; sin embargo, como el viceministro lo explica, hasta ahora no se ha concretado en la práctica con su plan de inversiones por culpa de la pandemia. Otra víctima de la Covid-19.
Al día de hoy, según el viceministerio, en Colombia hay 27 ADN en 14 municipios. En el Caribe hay ocho. Barranquilla (1), Riohacha (1), Valledupar (3), El Banco (2) y Montería (1). En Ciénaga, según fuentes del Ministerio de Cultura, su Centro Histórico será declarado como ADN el próximo 29 de noviembre.
'En el Caribe todo el tema se viene desarrollando de la mano de las alcaldías porque obviamente aquí es un tema de autonomía territorial. Nosotros acompañamos y lo que uno busca desde el Gobierno nacional es que haya una priorización de estos territorios con inversiones. Por ejemplo en Suchiimma Centro, en Riohacha, el alcalde José Ramiro Bermúdez tiene ya un plan de recuperar la Casa de la Aduana y estamos en conversaciones para ver en qué otros proyectos lo podemos acompañar. Él también tiene el objetivo de mejorar la infraestructura peatonal de la zona centro para precisamente darle un mayor realce a los espacios culturales'.
Con respecto a la autonomía de cada alcaldía, es necesario mencionar que dentro de su plan de gestión para activar estas ADN, por los beneficios tributarios que ofrece, es necesario articular esos planes con los concejos municipales o distritales que deben aprobarlos, además de invitar a la empresa privada a integrarse. Al menos en la Costa, esto aún no se ha ejecutado.
Teniendo en cuenta que el tiempo corre, la pandemia no termina y se corre el riesgo de que un nuevo gobierno llegue y decida no seguir adelante con el plan naranja del presidente Duque, se necesita acelerar estos procesos para que se vean plasmados en hechos y se conviertan en políticas de estado, más allá de los gobiernos de turno.
Por esto, señala Felipe Buitrago, han creado por instrucción del presidente un 'ecosistema de incentivos y beneficios para que haya más formalización alrededor de la cultura empezando por esas ADN en ciudades y municipios, precisamente para que se anclen esos procesos de creación con el propósito de generar condiciones de vida dignas para artistas y gestores culturales'.
'En ese sentido tenemos el Decreto 1669 del 12 de septiembre de 2019 con cero impuesto de renta en los primeros 7 años a empresas de economía naranja. También tenemos la atracción de inversión extranjera con el Decreto 474 y tenemos el Decreto 697 para extender beneficios a las inversiones o donaciones que se realicen en proyectos culturales en el país. Por otro lado venimos trabajando en los departamentos y capitales, nodos y mesas naranja donde estamos construyendo agendas que van ancladas a los planes de desarrollo para transformaciones con infraestructura, estímulos y con la activación del sector en los territorios'.