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La celebración del Día del Padre ayer fue por partida doble: a primera hora, los regalos y el compartir en familia; después de mediodía, la euforia por la clara victoria de Colombia frente a Polonia, porque se revive la esperanza de avanzar a los octavos del Mundial de Rusia.

Los primeros minutos de juego fueron de mucha tensión, pero al mismo tiempo de mucho ánimo para los jugadores de la tricolor. Los hinchas confiaban que el gol iba a llegar, pero esperaban que no tardara tanto.

Al minuto 40, la anhelada anotación llegó de parte del defensor Yerry Mina, de cabeza, y calles como la 72 y 74 estallaron en júbilo. Los vasos llenos de cerveza volaron y las cornetas por fin sonaron.

El entretiempo llegó. Muchos optaron por sentarse, otros prefirieron charlar y la gran mayoría pedir cervezas.

En los segundos 45 minutos el consumo de uñas disminuyó al estar arriba en el marcador y aumentó el coro de 'sí se puede golear'.

El deseo se empezó a hacer realidad al minuto 69, al marcar el delantero Radamel Falcao García tras pase filtrado de Juan Fernando Quintero.

Cuando los hinchas aún hacían la popular ola en sitios de la calle 84, el tercer y último gol llegó. Juan Guillermo Cuadrado marcó tras un pase preciso de James Rodríguez, quien corría por la banda izquierda.

Álvaro Reales Pulido, de 42 años, manifestó que Colombia ganó debido a que esta vez le metieron 'perrenque' y fueron 'contundentes'.

El agente de seguros, quien es padre de un hijo de 5 años, dijo que la celebración por su día se hizo en familia entre las 7:00 a.m. y 10:00 a.m., pues el de ayer era un domingo con tinte futbolero.

Elbert Cervantes, de 67 años, aseguró que fue un juego espectacular y con un cambio completo de chip, con relación al primer juego.

En su concepto, para el tercer y último juego definitivo ante Senegal (jueves, 9:00 a.m.) la clave es esa: 'no se debe inventar en la alineación ¿para qué? Esta es y esa misma debe jugar para clasificar', sostuvo Cervantes.